El Paseo de la Fama de Hollywood es una acera situada a lo largo de Hollywood Boulevard y Vine Street en la ciudad californiana, donde están incrustadas 2.500 estrellas de cinco puntas con los nombres de las celebridades que la Cámara de Comercio de Hollywood rinde homenaje por su contribución a la industria del cine, la televisión, la música, la radio y el teatro. Este paseo es un monumento público en el que figuran los escogidos del mundo del entretenimiento, convirtiéndolo en un símbolo cultural y turístico mundialmente reconocido. Tener el nombre en el Paseo de la Fama es un privilegio reservado a actores y músicos famosos, pero también incluye homenajes a personas que han trabajado último de las cámaras o en otras facetas relacionadas con el mundo del entretenimiento. Y lo que mucha gente no sabe es que solo hay un catalán que tiene una estrella dedicada, aunque su nombre seguramente no es conocido por las nuevas generaciones: Xavier Cugat es lo único que puede presumir del privilegio de tener no una, sino cuatro estrellas en la acera más famosa del mundo, lo que demuestra su relevancia y legado en la industria del espectáculo norteamericana.

Desde La Gandula te presentamos esta gran historia que quizás no conocías. 

La estrella de la fama de Xavier Cugat
La estrella de la fama de Xavier Cugat

La web oficial Hollywood Walk of Fame (Paseo de la Fama), describe a Xavier Cugat como un director de orquesta hispanoamericano que pasó sus años de formación en La Habana (Cuba), pero en realidad, Cugat es un catalán universal, nacido en Girona, como Francesc de Asís Xavier Cugat Mingall de Bru i Deulofeu, como también destaca la web. Pero Xavier Cugat fue muchas más cosas que un director de orquesta: músico, compositor, violinista, cantante, líder de lado, compositor, actor, director de cine, guionista, empresario, restaurador, dibujante y caricaturista figuran entre las muchas actividades que desarrolló a lo largo de su larga vida, y su influencia fue clave en la popularización de la música latina en los Estados Unidos.

Cugat tuvo una vida de cine, y fue una celebridad de Hollywood, rodeada de estrellas, fama, dinero y mujeres bellas, tal como explica el documental Sexo, maracas y chiuauas del director Diego Mas, en referencia a su intensa y sonada vida privada, marcada por sus cinco matrimonios. Su primera mujer fue la artista cubana Rita Montaner; la segunda, la actriz mexicana Carmen Castillo; la tercera, la modelo norteamericana Lorraine Allen; la cuarta, la cantante y actriz también estadounidense Abbe Lane; y la quinta, la guitarrista y actriz cómica española Charo Baeza, con la que contrajo matrimonio el 7 de agosto de 1966 en Las Vegas, siendo la primera pareja a casarse en el casino Caesars Palace, al día siguiente de su inauguración.

Xavier Cugat también fue célebre por su peculiar afición en los chiuauas, y uno de sus gestos más icónicos era el de estar dirigiendo su orquesta con un perro de esta raza en su regazo, especialmente su perro Pepito, que formó parte de su imagen pública y en una marca personal a Hollywood y al mundo del espectáculo. Cugat vivió en el antiguo Hotel Ritz de Barcelona (actualmente Hotel Palace) durante los últimos 12 años de su vida, desde su retorno a Catalunya en 1978 hasta su muerte, en 1990. Durante este tiempo, el hotel fue su residencia permanente y allí se dedicó, entre otras actividades, a pintar caricaturas que todavía decoran algunas de las paredes del establecimiento.

Xavier Cugat y su famoso chiuaua Pepito
Xavier Cugat y su famoso chiuaua, Pepito

 

 

Girona, Cuba, Nueva York y Hollywood

Cugat vino al mundo con el siglo XX. Nació el 1 de enero de 1900 y murió en Barcelona el 27 de octubre de 1990 a causa de una insuficiencia cardiaca, y sus restos descansan en el cementerio municipal de Girona. Cugat, sin embargo, tiene nacionalidad española, cubana y norteamericana, tres países que estuvieron muy ligados a su vida privada y profesional. Su familia emigró a Cuba cuando él tenía cinco años, donde se hace formar como violinista clásico y empezó su carrera musical en la orquesta del Teatro Nacional de La Habana. El 6 de julio de 1915, Cugat y su familia llegaron a Nueva York como pasajeros inmigrantes a bordo del SS Habana. En los Estados Unidos se convirtió en una figura clave en la popularización de la música latina, especialmente la rumba, en el país norteamericano, lo que le valió el sobre nombre de El rey de la rumba, contribuyó decisivamente a abrir el mercado norteamericano a los artistas latinos y fue uno de los principales difusores de la música del compositor cubano de Ernesto Lecuona (especialmente conocido por piezas como Malagueña, Siboney, La comparsa y Andalucia) en los Estados Unidos y Europa, y la música afrocubana.

Figura clave de la música latina

Cugat lideró la orquesta residente del hotel Waldorf-Astoria en Nueva York y apareció en numerosas películas de Hollywood durante las décadas de 1930 y 1940. Al ingresar en el mundo del espectáculo, tocó con la banda The Gigolos durante el auge del tango. Además de su faceta musical, Xavier Cugat también fue empresario, restaurador y destacó como caricaturista, que trabajó incluso para Los Angeles Times. Las caricaturas de Cugat también fueron difundidas posteriormente a todo el mundo. Una habilidad que también compartió con su hermano mayor, Francis, que fue un artista de renombre, que pintó la famosa portada de la novela de F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby.