En pleno corazón del Parque Natural del Cadí-Moixeró, una joya natural del Prepirineo catalán, se esconde una ruta sencilla, pero llena de encanto: la Ruta del Trencapinyes, un itinerario circular de 2,5 km que nos invita a conectar con la naturaleza y descubrir un entorno de gran riqueza paisajística y biológica. Este recorrido, de aproximadamente 40 minutos de duración y sin ninguna dificultad técnica destacable, es ideal para hacer en familia, especialmente con niños, gracias a su entorno accesible y los múltiples atractivos que ofrece.

😱El pueblo ideal de Girona para visitar este otoño: calles empedradas y un puente encantador

 

Una ruta ideal para toda la familia

La ruta se inicia en el pequeño aparcamiento de tierra situado junto a la carretera BV-4024, que une Bagà con el coll de Pal. El acceso es fácil y bien indicado: solo hay que seguir la C-16 hasta Bagà y, desde allí, tomar la carretera de montaña que serpentea hacia el este. Después de 14,2 km de subida, encontraremos el inicio del camino en una curva pronunciada. Aquí empieza una experiencia breve, pero intensa, inmersos en los bosques de pino negro, uno de los hábitats más emblemáticos de la alta montaña catalana.

Esta es la Ruta del Trencapinyes, llamada así en honor al pequeño pájaro conocido como piquituerto (Loxia curvirostra), que habita en este bosque. Con un poco de suerte y paciencia, podremos escuchar su canto agudo e incluso verlo saltando de rama en rama, buscando piñas para alimentarse. El recorrido es una oportunidad excelente para observar este hábitat de alta montaña y aprender sobre la fauna que lo habita.

Un mirador espectacular

A mitad de camino llegaremos al mirador de los Orris, un punto muy bonito que nos regala una de las vistas más espectaculares del inicio del Prepirineo. En esta zona podéis hacer fotos perfectas de un paisaje de ensueño, además podéis aprovechar para hacer una pequeña parada si vais con los más pequeños y ver y comer algo que os pueda revitalizar. 

La ruta continúa adentrándose por prados alpinos, llenos de vida durante la primavera y el verano, donde los más pequeños pueden correr, jugar o simplemente explorar. Esta diversidad de espacios hace que el camino no sea solo un paseo, sino también una oportunidad para descubrir esta zona: una mariposa, una piña, un rastro de animal... Cada detalle es una excusa para detenerse y observar.

La señalización de la Ruta del Trencapinyes es clara y fácil de seguir en cualquiera de los dos sentidos, aunque el más habitual y recomendado es el que hemos descrito. No hace falta ningún material especial para hacer el itinerario, aunque si se hace en invierno —siempre que las condiciones lo permitan—  os recomendamos que llevéis raquetas de nieve por si encontráis bastante en el camino, además si nunca las habéis utilizado puede ser la oportunidad perfecta para hacerlo.