La ruta circular por el bosque de Carlac, en el municipio de Bausen, es una propuesta de senderismo de baja dificultad, aunque con cierto desnivel, que permite conocer uno de los espacios naturales más singulares del Vall d'Aran. El recorrido tiene una longitud total de 6,5 kilómetros y puede realizarse en unas dos horas y media sin contar paradas. Se trata de una actividad adecuada para todas las épocas del año, aunque en invierno pueden encontrarse tramos nevados, por lo que debéis ir con cuidado y preparados.
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¿Dónde empieza la excursión?
El itinerario comienza en el núcleo urbano de Bausen, situado en el extremo noroeste del Vall d'Aran, en la comarca del Bajo Arán, junto a la frontera con Francia. El acceso se realiza desde la carretera N-230 en dirección a Tarbes y Toulouse. A pocos kilómetros después de pasar el pueblo de Les, se encuentra el desvío hacia Bausen. La carretera de acceso es estrecha y con curvas, pero completamente asfaltada. Al llegar, hay una pequeña zona habilitada para aparcar.
Una vez en el centro de Bausen, la ruta se adentra en el conocido bosque de Carlac, un hayedo de aspecto muy característico, con ejemplares centenarios de hayas de formas irregulares. Esta primera parte del recorrido ofrece un ambiente muy particular, especialmente en otoño, cuando las hojas caídas cubren el suelo y el color del paisaje cambia completamente. En todo el trayecto se puede observar la vegetación típica del clima pirenaico, con presencia abundante de musgos.
Un camino sufrido pero muy bonito
La subida continúa hasta el Coret de Pan, un collado desde el que se obtienen vistas panorámicas de la vertiente norte del macizo del Aneto-Maladeta. Esta es la parte más exigente del recorrido en cuanto a desnivel, aunque el ascenso es progresivo si se realiza siguiendo el sentido recomendado de la ruta. Desde el collado se inicia el descenso por una zona abierta de pastos, en la que también aparecen los primeros restos de actividad ganadera tradicional, como las bordas de Sacrotz, pequeñas construcciones de piedra típicas del paisaje aranés, que en su día servían como refugio o almacén de ganado y herramientas.
La segunda parte de la ruta permite un descenso cómodo que agradeceréis, con un trazado que vuelve a conectar con el punto de inicio en Bausen. El recorrido completo, al tratarse de un circuito circular, evita repetir tramos y permite una mayor diversidad paisajística. Además del valor natural del entorno, esta ruta también destaca por su interés histórico, al pasar por zonas donde se conserva parte del patrimonio rural y arquitectónico de la zona.
Esta ruta es una opción especialmente recomendable en primavera y otoño, cuando podréis ver como cambia el paisaje a medida que vais avanzando por la ruta que os hemos descrito, además si os gusta la fotografía podéis hacer varias fotos para el recuerdo.