La vuelta al cole requiere de la implantación de una serie de rutinas para los más jóvenes que les permita poder desarrollar todo su potencial y sobrellevar el esfuerzo físico y mental que requieren los nueve meses que hay por delante hasta que finalice el curso. Pero los expertos están dando la voz de alarma acerca del impacto derivado del uso de las redes sociales entre los más jóvenes, especialmente la Generación Z, aquellos nacidos entre aproximadamente 1995 y 2010.

Respaldo científico

Un reciente estudio llevado a cabo por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño concluye que el 93% de la Generación Z pierde diariamente horas de sueño necesarias porque se acuestan más tarde debido al uso que realizan de las redes sociales.

Entre todas las redes, TikTok, que en 2021 superó en uso a otras, desarrolla una auténtica adicción entre muchos jóvenes que tienen verdaderos problemas para dejar de ver un vídeo tras otro y roban horas de sueño necesarias para su correcto desarrollo físico y cognitivo, lo que afecta profundamente a su bienestar.

Otra investigación reciente desarrollada en China subraya que el uso de estas aplicaciones contribuye a generar más fatiga durante el día, además de por las menos horas de sueño, porque la luz azul que producen estos dispositivos también afecta negativamente a los ritmos circadianos del organismo.

Las personas entre 13 y 18 años necesitan de 8 a 10 horas de sueño por las noches, y los adultos de 18 a 64 años deben dormir al menos siete horas. Las consecuencias de no hacerlo puede provocar alteraciones en la memoria, el aprendizaje, el estado anímico la atención, la concentración, la función inmune o la regulación hormonal. Además, también aumenta el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, demencia y cáncer.

Adolescente usando redes sociales / Unsplash
Adolescente usando redes sociales / Unsplash

Para evitar que las redes sociales afecten de manera tan negativa para la salud, lo mejor es educar a los más jóvenes a que hagan un uso responsable. En primer lugar, estableciendo un límite de tiempo diario, sobre todo a última hora del día, y no hacerlo nunca cuando se está en la cama a punto de dormirse. Para no caer en tentaciones, lo mejor es establecer una rutina para ir a la cama, sobre todo entre los más pequeños, que incluya un tiempo de relajación antes de dormir. Para sustituirlo, es mejor dedicar tiempo a la lectura que puede inducir al sueño y además no emiten luz azul ni afecta a los ciclos circadianos.

Por último, tampoco se debe consultar el teléfono a primera hora de la mañana,  porque se puede desarrollar ansiedad por la sensación de perderse los contenidos que circulan en las redes sociales. Para evitarlo, también es bueno adquirir una rutina que puede incluir hacer ejercicio, meditar o darse una ducha que los aleje de las pantallas.