El intento de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de erradicar los botellones en las baterías del Turó de la Rovira ha fracasado, según denuncian los vecinos. Aseguran que, después de la vigilancia de la Guardia Urbana, ahora se repiten casi cada día las concentraciones de personas, a pesar del cierre del perímetro, y han aportado imágenes en vídeo. En las imágenes se ve como algunas personas saltan con toda facilidad las vallas que instaló el Ayuntamiento.

Según los vecinos, a las 21 horas del martes había unas sesenta personas extranjeras en las baterías, además de centenares en los alrededores, que hacían botellones y usaban altavoces. "La Guàrdia Urbana, que está a 100 metros, tuvo que ser llamada como mínimo dos veces por los vecinos para desalojarlos", han añadido.

Los vecinos, que también se quejan de que la concejal socialista Rosa Alarcón no se quiere reunir con los habitantes de las calles Mühlberg y Labernia, los más afectados, han difundido imágenes de las baterías ubicadas a la turó de la Rovira llenas de gente, y también de las papeleras llenas de basura.

El Ayuntamiento de Barcelona reveló recientemente que la Guardia Urbana había desalojado de la zona a 6.890 personas en once intervenciones durante el mes de abril. Estas cifras se completan con el hecho de que entre el 22 de enero de 2021 y el 15 de abril de 2023, la policía local hizo 107 intervenciones y desalojó de la zona a 19.914 personas. La colina de la que hablamos es la de la Rovira, vecina del turó del Carmel y perfectamente distinguible porque la primera tiene construcciones en la cima y la segunda no. El del Carmel es un poco más alto, pero el de la Rovira tiene más historia, porque formaba parte de la red de poblados ibéricos que enlazaba las colinas de la costa desde Montjuïc hasta bien entrado el Maresme. Pero la explicación del nombre más actual se remonta a la Guerra Civil. Como es sabido, en este lugar se dispusieron unas baterías antiaéreas para hacer frente a los ataques aereos de la aviación fascista italiana procedente de Mallorca, aliada de los sublevados del general Franco.

La historia de las baterías no fue especialmente heroica y a duras penas sirvieron de mucho, pero dejaron una serie de instalaciones -las bases de los cañones, los dormitorios, el polvorín, el pabellón de mando... - que no solo permanecieron sino que fueron reaprovechadas por los chabolistas que conformaron el barrio de los Canons, que estuvo habitado hasta la gran transformación olímpica. Por todo ello el espacio ha sido musealizado -sí, se pueden realizar visitas culturales- y actualmente es una de las subsedes del Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), que mantiene espacios expositivos sobre las baterías y la Guerra Civil y sobre el barrio de chabolas posterior. El nombre oficial del espacio es MUHBA Turó de la Rovira, y en toda la información se hace referencia a la batería antiaérea que había instalada. De hecho, teniendo en cuenta que en este contexto, una batería es, según el DIEC, un "conjunto de piezas de artillería situadas en un lugar para hacer fuego al enemigo", incluso el plural es erróneo, porque se tendría que decir en singular.