Tal día como hoy del año 1709, hace 316 años, en Versalles, nacía Luisa Isabel de Orleans, que con el decurso de los años sería casada con su sobrino nieto y primo segundo a la vez, Luis de Borbón, futuro rey Luis I de España. Luisa Isabel era hija de Felipe de Orleans (primo hermano de Felipe V de España) y de Francisca de Blois (hija ilegítima del rey Luis XIV de Francia y de su amante madame de Montespan). Luis y Luisa fueron casados el 20 de enero de 1722 en Lerma (Castilla). Él tenía quince años y ella trece. Y el 15 de enero de 1724, después de que Felipe V fuera invitado a abdicar a causa de su enfermedad mental, Luis y Luisa fueron proclamados reyes de España.

Aquella proclamación no estuvo exenta de polémica. Toda la corte española coincidía con la necesidad de retirar a Felipe V. Pero su primogénito Luis no era bien visto por los elementos más poderosos de la cancillería. Se le conocía como el “mayor cliente de las casas de peor reputación de la villa y corte y por los escándalos que había protagonizado por Madrid con sus amigos cortesanos (algunos de los cuales eran muy conocidos por su condición homosexual) escapándose de la Guardia Real que pretendía llevarlo de vuelta a palacio. Y en cuanto a Luisa, tampoco era bien vista, porque había dado muestras de tener un problema de salud mental, que la cancillería de Versalles había ocultado.

Luisa se haría famosa por su conducta. Las fuentes de la época relatan que en los besamanos, junto a Luis, Felipe V e Isabel de Farnesio (la segunda esposa del rey español), eructaba ruidosamente y se tiraba pedos estrepitosos, que, acto seguido, acompañaba de unas carcajadas incontrolables. Las mismas fuentes relatan que se paseaba desnuda por palacio haciendo gestos lascivos a los cortesanos. Y que, en algunas ocasiones, la habían visto corriendo por los pasillos de palacio, en ropa interior y profiriendo gritos horribles, o limpiando los cristales con sus vestidos. También se relata que no comía en público y que a escondidas se atiborraba hasta vomitar.

Luis y Luisa reinaron durante siete meses (enero-julio de 1724), hasta que el rey murió, oficialmente, a causa de la viruela y, extraoficialmente, a causa de una enfermedad venérea. Tras la muerte del rey, Felipe V, a pesar de su grave enfermedad mental, fue restaurado en el trono, e Isabel de Farnesio, la reina consorte y verdadera gobernante, ordenó que Luisa abandonara Madrid y regresara a Versalles. Una vez en casa de sus padres, fue recluida en un convento durante dos años (1724-1726) y, posteriormente, fue confinada en una residencia familiar durante dieciséis años y hasta su muerte (1726-1742). Murió cuando tenía treinta y tres años.