Tal día como hoy del año 1751, hace 274 años, en Parma (entonces ducado independiente de Parma), nacía María Luisa de Borbón, hija del duque independiente Felipe de Borbón-Farnesio (llamado Felipe I de Parma) y nieta del rey Felipe V de España y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio, duquesa independiente de Parma. El padre de Luisa había sido el fundador de la estirpe parmesana de los Borbón, sucesora de los Farnesio, que habían gobernado aquel ducado independiente desde su creación (Pedro Luis Farnesio, 1545) hasta la cesión del cetro ducal que ostentaba la abuela de Luisa, Isabel Farnesio, a favor de su hijo primogénito (Felipe de Borbón-Farnesio, 1748).

Cuando tenía 14 años (1765), fue elegida para casarse con su primo hermano y tío segundo a la vez, Carlos de Borbón, hijo primogénito del rey Carlos III de España y futuro Carlos IV de España. Después de cincuenta y cinco años de matrimonio (1765-1819), habría quedado embarazada en veinticuatro ocasiones, habría culminado catorce nacimientos, pero solo siete llegarían a la edad adulta. Según las fuentes de la época, había sido sometida a una frecuencia de embarazos tan elevada que a los treinta años (1781) ya había perdido toda la dentadura. En los retratos de corte, obra del pintor Goya, siempre se la representa con la boca cerrada y con un aspecto notablemente envejecido.

María Luisa se ganó la enemistad de la aristocracia más reaccionaria de la corte por su larga y consentida relación con el primer ministro Godoy. Precisamente, esta sería una de las causas que impulsarían el golpe de Estado de 1808 (motín de Aranjuez), que le costaría, junto con el rey y Godoy, el destronamiento y la expatriación a manos de su hijo, el futuro Fernando VII. Nunca volvería a Madrid, y moriría expatriada en Roma (1819) pocos meses después de la muerte de Carlos IV. Según su confesor, Juan de Almaraz, poco antes de morir proclamó que "Ninguno de mis hijos lo es de Carlos IV y, por consiguiente, la dinastía Borbón se ha extinguido en España".