Tal día como hoy del año 1700, hace 325 años, en Salem (entonces colonia inglesa de Massachusetts, en Norteamérica), moría John Hale, pastor puritano de la comunidad local que, entre febrero de 1692 y mayo de 1693, había construido las pruebas inculpatorias en el proceso judicial contra las mal llamadas "Brujas de Salem". La historiografía contemporánea describe este episodio histórico como un fenómeno de histeria colectiva que habría estallado sobre un escenario social y político especialmente abonado. Según la misma historiografía, poco antes estalló una crisis muy importante en Massachusetts, provocada por las matanzas de colonos ingleses perpetradas por los nativos abenaki, y que acababan con un largo periodo de paz y convivencia.

La arquitectura teocrática de aquella sociedad colonial (formada durante el siglo XVII a partir de varias oleadas de refugiados religiosos ingleses) fue determinante para incubar el fenómeno, que conduciría a la detención y tortura de más de 200 personas y a la ejecución de 25. Estas personas fueron acusadas de invocar, con el uso de la brujería, los mortíferos ataques indígenas, con el propósito de usurpar las granjas y las tierras de las víctimas. En aquel clima de terror, el pastor puritano John Hale adoctrinó a varios testigos para que formularan acusaciones de "aflicción" (provocar desgracias y males). Hale, nacido, criado y educado en la colonia, tenía un gran ascendiente sobre aquella sociedad y las pruebas que fabricó nunca fueron cuestionadas.

Pero las tornas cambiaron cuando una de las testigos a las que había adoctrinado —Mary Herrick, de 17 años— acusó a la esposa de Hale —Sarah— de invocar el espíritu de una de las ejecutadas —Mary Eastey— con el propósito de "afligirla". Sarah Hale nunca fue arrestada ni interrogada. Pero a partir de aquel momento, Hale, atemorizado por el clima de histeria que él mismo había contribuido a crear, se fue separando de los juicios. Según la investigación, el "no caso Sarah" fue un punto de inflexión: la sociedad de Salem empezó a desconfiar de Hale y su parroquia se vio reducida a la nada. En aquella época, los pastores eran sostenidos económicamente por su feligresía y Hale moriría siete años más tarde, en la soledad y en la indigencia.