Tal día como hoy del año 1874, hace 149 años, en las afueras de Sagunt, el general Martínez Campos reunía una parte importante del ejército de III Región Militar, que abarcaba el territorio de las regiones del País Valencià y Murcia; y encendía la mecha del golpe de Estado que culminaría con la restauración del régimen borbónico. El pronunciamiento de Martínez Campos, fue secundado por el general Jovellar, capitán general en Cuba y culminó con la mano del general Primo de Rivera, capitán general en la región de Madrid, que al día siguiente se dirigió al Consejo de Ministros y, haciendo uso de la fuerza, obligó a dimitir a todos los ministros y al presidente Sagasta, y tomó el poder.

En 1868, los generales Prim, Serrano y Topete, habían liderado un golpe de Estado, llamado eufemísticamente "Revolución Gloriosa" que culminaría con el destronamiento y la expulsión de Isabel II y su "camarilla". En aquel momento, Prim se convertiría en el hombre fuerte del nuevo Gobierno, proclamaría que "los Borbones eran el impedimento mayor para la modernización y la democratización de España" y promovería la elección de Amadeo de Saboya como nuevo monarca. Pero su asesinato (1869) y la abdicación de Amadeo I (1873) habían conducido a la proclamación de la I República española (1873-1874), de duración efímera por las tensiones internas que lo amenazaban.

Después del pronunciamiento del general Pavía (4 de enero de 1874) que había puesto fin a la I República, el Gobierno estuvo en manos de unos gobiernos interinos, presididos, sucesivamente, por los generales Serrano y Zavala, y por el dirigente liberal Práxedes Mateo Sagasta. Durante este periodo transitorio (enero-diciembre, 1874), España se debatía entre recuperar el régimen republicano o entregar la corona a Alfonso de Borbón, hijo primogénito de la destronada Isabel II, que en aquel momento estaba exiliado en París. Finalmente, con el pronunciamiento de Martínez Campos y la réplica golpista de Primo de Rivera, la balanza se inclinaba a favor de la restauración borbónica.

El pronunciamiento de Martínez Campos se perpetró después de que un grupo de oligarcas valencianos telegrafiara al general el críptico mensaje "Naranjas en condiciones" (28 de diciembre de 1874). En aquel momento, Martínez Campos se puso en camino hacia València y al llegar a la ciudad se entrevistó con los generales Pezuela, Dabán, Reyna, Gasset, Sanromán, Quesada, Macias, Larrocha y Moltó (examante de Isabel II); y concentraron un importante ejército en Les Alquerietes, un paraje situado al oeste de la ciudad de Sagunt. Aquella concentración se convirtió en un aquelarre monárquico con gritos de "Viva don Alfonso XII" (hijo primogénito de la destronada Isabel II).