Tal día como hoy del año 1066, hace 955 años, moría en Barbastro, en aquel momento una plaza en disputa entre la taifa islámica de Zaragoza y el reino cristiano de Navarra y Aragón, Ermengol III, conde independiente de Urgell, que había acudido a la guerra en ayuda de su cuñado, Sancho I, soberano de Pamplona. La disputa por el control de aquella estratégica plaza había reunido fuerzas militares de dominios lejanos que combatían en apoyo a una o de la otra de las dos causas. Según las fuentes de la época, el rey navarro contó con la colaboración de varios barones feudales de varios dominios cristianos, tanto del sur como del norte del Pirineos.

No obstante, la participación de Ermengol III en aquel conflicto iba mucho más allá de la simple solidaridad familiar. Desde que había alcanzado el gobierno de su condado (1037), había puesto en práctica una política de expansión territorial hacia el sur y hacia el oeste (siempre en colaboración con su primo Ramón Berenguer I de Barcelona), que lo había permitido ganar a la taifa islámica de Lleida las estratégicas plazas de Camarasa y Pilzà y las tierras de sus alrededores. Durante su gobierno, el condado independiente de Urgell había incorporado y repoblado una lengua de terreno que, contemporáneamente, forma parte del territorio aragonés de lengua y cultura catalana denominado Franja de Poniente.

La empresa conquistadora y repobladora de Ermengol III de Urgell se tradujo, también, en la expansión territorial de la diócesis de Urgell, que creó varias parroquias que, posteriormente, quedarían -política y militarmente- encuadradas dentro del condado independiente de Ribagorça; y, todavía más posteriormente, en el reino de Aragón. No sería hasta después de la Guerra Civil española (1939), que aquellas parroquias que durante ocho siglos habían formado parte de la diócesis urgelense, serían transferidas a la diócesis de Barbastro, en un proceso que perseguía claramente la descatalanización cultural e histórica del territorio.