Tal día como hoy del año 1832, hace 188 años, se inauguraba el Teatre Principal de València, situado en la calle de Les Barques. Aquella nueva instalación se convertía en el primer teatro moderno de la ciudad de València y sustituía a los espacios donde, tradicionalmente, se habían hecho representaciones teatrales: la Casa de Comèdies de l’Olivera (situada en la calle de Les Comèdies, construida en 1584 y que había sido el primer escenario de representación permanente de la ciudad) y la Botiga de la Balda (situada en la calle de Els Trinitaris y construido en 1761). La primera obra que se representó en el nuevo teatro fue Luis XIX, del duque de Frías, y la ópera La Cenicienta, de Rossini.

El Teatre Principal, como lo había sido tres siglos antes la Casa de les Comèdies, fue promovido por el Hospital General de València. El objetivo era disponer de una fuente de financiación que contribuyera al mantenimiento de aquella institución hospitalaria. La crisis económica que el año 1832 atravesaba el hospital obligó a inaugurar el nuevo Teatre Principal todavía inacabado. No obstante, desde un inicio los usuarios de aquella instalación dispondrían de una platea con capacidad para 1.226 espectadores que incrementaba notablemente el aforo de las Comèdies. Las obras del nuevo Teatre Principal (iniciadas en 1808) concluyeron en 1854, con la finalización de la actual fachada.

La ciudad de València tenía una larga historia de producción teatral y de prohibiciones y cierres. En 1738, el arzobispo Andrés Mayoral Alonso de Mella —propuesto por Felipe V, el primer Borbón hispánico— declaró la guerra a los bailes de salón y a las representaciones teatrales, con la peregrina excusa de que promovían la inmoralidad. Durante dos décadas, el público valenciano —que había adquirido fama de celebrar los bailes y las representaciones más lucidas de la Península— se vería obligado a ocultarse en salas clandestinas. Mayoral también prohibió los oficios religiosos en valenciano, argumentando que el uso de la lengua del país era contrario a la voluntad de Dios.