Tal día como hoy del año 1951, hace 67 años, se iniciaba el boicot clandestino que la ciudadanía de Barcelona declaró a Tranways de Barcelona, S. A. —renombrada Tranvías de Barcelona, S. A. después de la Guerra Civil (1936-1939)— por el abusivo incremento del precio del billete que la compañía había impuesto días antes. Aquel boicot ponía, también, de manifiesto un profundo malestar generalizado por las durísimas condiciones de vida de la población que, pasados doce años de la finalización del conflicto civil, continuaba sometida a una economía de guerra —autárquica y corrupta— que desembocó en miseria, enfermedades y muerte.

El boicot a los tranvías, denominado también huelga de tranvías, se convertiría en la primera manifestación masiva de la sociedad barcelonesa contra el régimen franquista. El inicio de la huelga fue espontáneo. Poco después dieron apoyo destacados militantes de los partidos clandestinos Frente Nacional de Catalunya y del PSUC, y de los sindicatos clandestinos CNT y Federación Nacional de Estudiantes de Catalunya, que pedían a la población que secundara la huelga con consignas que se transmitían oralmente. El dirigente del PSUC Gregorio López Raimundo, que había vuelto clandestinamente del exilio para organizar la huelga, sería detenido y torturado por los servicios de seguridad del régimen franquista.

Huelga de los tranvías, primera manifestación masiva contra el franquismo. Fotografías de Bert Hardy. Empleo|Ocupación policial y militar de la ciudad. Fuente Blog elultimoviajeaitaca

Ocupación policial y militar de la ciudad / Fotografías de Bert Hardy

Después de doce días de huelga, con los tranvías circulando totalmente vacíos por las calles de Barcelona, el gobernador civil y jefe provincial de Falange, Eduardo Baeza Alegria, ordenó la intervención de la Guardia Civil; y en los enfrentamientos con la población civil se producirían varias víctimas mortales. Aquella huelga pondría, también, de relieve la profunda división interna de Falange, marginada progresivamente del poder desde finales de la II Guerra Mundial (1945). La crisis se saldaría con la destitución fulminante del gobernador Baeza y del alcalde de la ciudad, el monárquico y presidente de Fomento del Trabajo Josep Maria Albert i Despujol; y con la reversión del precio del billete al valor anterior a la huelga.