Tal día como hoy del año 711, hace 1.307 años, se libraba la batalla de Guadalete (Andalucía) que enfrentaría al ejército del monarca hispanovisigodo Roderico con las tropas del general bereber al servicio de los árabes Táriq-ibn-Ziyad. Pocas semanas antes, las tropas árabes, formadas básicamente por bereberes cristianos, habían atravesado el estrecho de Gibraltar y se disponían, inicialmente, a intervenir militarmente a favor del partido hispanovisigodo liderado por el príncipe Agila, que disputaba el trono de Toledo a Roderico. El partido de Agila estaba formado por las oligarquías terratenientes y militares de los comités (provincias) de Narbona y Tarragona (actuales Languedoc y Catalunya)

El objetivo inicial de Táriq no era la conquista militar de la península Ibérica. Había desembarcado en Gibraltar como consecuencia del pacto entre su superior jerárquico, el general Musa-ibn-Musayr (gobernador árabe de Tánger) y el partido del príncipe Agila. Inicialmente, había previsto liquidar a Roderico y sus partidarios y, en pago a sus servicios, apoderarse del tesoro real de Toledo. Pero la clamorosa derrota del ejército de Roderico (la muerte o la huida en plena batalla de sus partidarios) alteró los planes de Táriq, de Musa e, incluso, del califa de Damasco Al-Walid I. Poco después, desembarcarían tropas árabes y de bereberes musulmanes que llevarían a cabo la conquista de la Península.

Batalla de Guadalete, inicio de la conquista ŕrab de la Península. Mapa de la península ibčrica, prevía a la Batalla de Guadalete. Fuente Wikimedia Commons

Mapa de la península Ibérica, previo a la batalla de Guadalete / Fuente: Wikimedia Commons

En los territorios fieles a Agila (provincias de Narbona y Tarragona), que actuaban ―de facto― de forma independiente con respecto al poder central toledano, se produjo un descalabro colosal: sus oligarquías se sintieron traicionadas y amenazadas por sus antiguos aliados e iniciaron el camino del éxodo hacia el norte (buscando la protección de la monarquía franca). Pasadas tres generaciones, aquellas oligarquías de origen hispánico que ya se habían mestizado con las del reino franco, se convertirían en la punta de lanza del proyecto expansivo carolingio; que llevaría a la creación del marquesado de Gotia, sobre el actual Languedoc y Catalunya Nord, y de los primeros condados catalanes dependientes de París.