Tal día como hoy del año 1576, hace 447 años, en Bruselas (condado independiente de Flandes, estado de la monarquía hispánica), la cancillería hispánica informaba de que el gobernador Lluís de Requesens había fallecido dos días antes (5 de marzo) y quedaba insepulto por falta de recursos económicos. La cancillería pedía a la corona hispánica el abono parcial o total de los atrasos salariales que correspondían al gobernador, para oficiar un entierro a la altura de la categoría del difunto. Finalmente, fue soterrado en una fosa común y, pasado casi un año, su familia pagó el traslado y entierro en la casa solariega familiar de Barcelona.

Aquella situación venía de 1574. La monarquía hispánica había declarado la suspensión de pagos y los 85.000 efectivos hispánicos (Tercios de Castilla) acuartelados en los Países Bajos cobraban el sueldo con mucho atraso. Esta situación había roto la disciplina de la tropa hispánica, que se cobraba el sueldo entregándose al robo, al saqueo y al asesinato y el ultraje (arrancar las piezas dentales a sus víctimas). Tan solo unos meses después de la muerte del gobernador Requesens (4 de noviembre) los hispánicos asaltaron Amberes y asesinaron a 10.000 civiles. La historiografía nacionalista española ha denominado aquella masacre "furia española".

Lluís de Requesens (Molins de Rei, 1528) es el paradigma del aristócrata catalán del siglo XVI. En un paisaje social muy hostil, resultado del triunfo de la Revolución Remensa (1476), la clase aristocrática catalana había buscado el favor real y las alianzas matrimoniales con la nobleza castellana para sobrevivir al deterioro de su estatus político y económico. Su madre, la heredera Estefania de Requesens, había sido casada con el segundón castellano Juan de Zúñiga, dirigente de la Orden de Santiago, y había fijado su residencia en Toledo. Lluís todavía se apellidó como la madre —que, en virtud del derecho catalán, transmitía el apellido en primer lugar por su calidad de heredera. Pero, reveladoramente, ninguno de los hijos de Lluís se apellidaría Requesens.