Tal día como hoy del año 1986, hace 37 años, se produjo una gran nevada que afectó la práctica totalidad de Catalunya. Si bien las comarcas más afectadas fueron las del cuadrante nordoriental del país (Alt y Baix Empordà, Garrotxa, Gironès, Selva, Osona y Ripollès); la nieve hizo acto de presencia y cuajó en todos los rincones de Catalunya. Incluso, en lugares donde no son nada habituales las precipitaciones en forma de nieve, como en el litoral mediterráneo, se produjeron importantes acumulaciones de nieve. En algunas poblaciones de las comarcas del Maresme (en la desembocadura de la Tordera) o del Garraf, se acumularon grosores de 20 a 40 centímetros.

Según el Servicio de Meteorología de Catalunya, los principales grosores de nieve se acumularon en Setcases (Ripollès), con 120 centímetros; y en Darnius y en La Vajol (Alt Empordà) con un metro. Fuera del epicentro de la nevada, también se acumularon grosores respetables. Destacaban los 70 centímetros de Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà). Las capitales de comarca más afectadas fueron Ripoll (41 centímetros); Banyoles (40 centímetros); Olot (35 centímetros); Cervera (33 centímetros); Tàrrega (27 centímetros); y Girona, Figueres y Solsona (20 centímetros). En Barcelona, el barrio más afectado fue Horta, que en algunas calles acumuló grosores de 10 centímetros.

Aquella nieve, que el Servei Català de Meteorologia calificó de "muy húmeda y muy pesada", se acumuló sobre los cables de alta tensión; que acabaron cediendo por el peso, y que provocó la interrupción del suministro eléctrico en todo el territorio del cuadrante norte oriental de Catalunya y en amplias zonas de la cordillera Prelitoral. Este hecho provocó un gran malestar ciudadano, que se tradujo en una avalancha de quejas; porque, tan solo un año antes (5 de enero de 1985) se había producido una intensa nevada que había generado los mismos problemas; y las compañías eléctricas no habían hecho ningún tipo de inversión en la red para prevenir la repetición de aquel suceso.