Tal día como hoy del año 1511, hace 512 años, en el Palacio de Richmond (condado de Surrey, Inglaterra), nacía Enrique Tudor y Trastámara, primer hijo y primer descendente masculino de la pareja formada por el rey Enrique VIII de Inglaterra y la primera esposa Catalina de Aragón, hija de Fernando II de Catalunya-Aragón. El pequeño Enrique fue nombrado duque de Cornualles el mismo día que nació, en previsión de ser investido príncipe de Gales al llegar a la pubertad. Estos títulos estaban reservados exclusivamente al heredero de la corona inglesa.

No obstante, el pequeño Enrique no superó la primera infancia. Según las fuentes documentales, murió prematura e inesperadamente el 22 de febrero del mismo año, cuando contaba con siete semanas de vida. La misma documentación no detalla las causas del deceso, pero se sugiere que podría haber sido una muerte repentina. Más adelante, Enrique y Catalina tendrían cuatro criaturas más: tres niños (que, en los tres casos, murieron al cabo de pocos días de nacer) y una niña (María, que, después de la muerte de su padre y de su hermanastro Eduardo, reinaría como María I, 1553-1558).

La prematura muerte del pequeño Enrique y la de sus tres hermanos varones nacidos posteriormente sería el pretexto que esgrimiría el rey Enrique VIII para solicitar la disolución del matrimonio con Catalina. En realidad, el rey Enrique, consciente de la dinámica ascendente y de la fuerza proyectiva de Inglaterra, pretendía renegociar los tratados que, pocos años antes, habían firmado su padre Enrique VII y su suegro Fernando el Católico. La nueva Inglaterra de Enrique VIII ya apuntaba un papel protagonista en el ámbito continental, y se quería librar de la tutorización que pretendía ejercer Fernando el Católico.