Tal día como hoy del año 1129, hace 888 años, las jerarquías católicas reunidas en Concilio en Troyes daban carta de naturaleza a la Orden del Temple. Había sido fundada 10 años antes en la Champaña, un condado semi-independiente en la órbita política de la corona francesa, situado a unos 100 kilómetros al Este de París. Fue creada por un grupo de 9 militares en el contexto de la Primera Cruzada, con el propósito -cuando menos oficialmente- de velar por la seguridad de los cristianos que peregrinaban a Palestina. Lo cierto, sin embargo, es que las potencias europeas habían puesto los ojos sobre la región -en poder del califato de Damasco- para abrir un canal comercial con Oriente.

Sólo dos años después (1131) la Orden penetraba en la península Ibérica. Lo hacía a través del conde barcelonés Ramon Berenguer III -la figura política más destacada de los condados independientes catalanes. Al morir testó a favor de la Orden el castillo de Granyena (Segarra) que sería el primer establecimiento templario en Catalunya. Poco después pasaron al castillo de Vallfogona (Conca de Barberà), situado estratégicamente en la cabecera del río Corb -que se orienta hacia la llanura de Lleida. Los templarios jugaron un papel muy destacado en el proceso de incorporación de la Catalunya Nova al condado de Barcelona, contribuyendo a afianzar su liderazgo en el contexto catalán.

El castillo de Vallfogona de Riucorb

Los templarios fueron decisivos en la etapa más crítica de la historia medieval catalano-aragonesa. Después de la derrota de Muret (1213) y la muerte del rey Pedro I, acogieron, protegieron y educaron a su heredero, Jaime I, entonces un niño de 5 años. Sin la intervención templaria, la Corona de Aragón habría sido troceada y repartida entre Francia y Castilla. La alianza entre los templarios y la corona -y de rebote las clases mercantiles barcelonesas- fue siempre muy sólida y comprometida. Los templarios fueron la punta de lanza en la conquista de Tortosa, de Lleida, de Palma y de València. Y los ideólogos de la expansión mediterránea catalano-aragonesa.