Tal día como hoy del año 1936, hace 85 años, en la Casa de la Maternidad de Lleida, moría el hijo de Dolors Cuit Vallés, en aquel momento recluida en la Prisión Provincial de Lleida desde el mes de abril de 1935, acusada del asesinato de sus suegros, de sus cuñados y de un sobrino en la Granja d'Escarp (Segrià). Poco tiempo después (03/07/1936), sería sentenciada a 150 años de prisión (30 años por cada asesinato). Desde la detención y encarcelamiento de Dolors Cuit hasta el juicio y sentencia, aquel caso causó una gran conmoción en la sociedad catalana de la época, y ocupó las portadas de las principales publicaciones del país.
Según los medios de información, la acusada Dolors Cuit, de veintiún años, había adquirido grandes cantidades de matarratas en la farmacia del pueblo, que administraría durante meses sucesivos a la familia de su marido. El resultado de aquel envenenamiento múltiple, perpetrado entre junio de 1934 y abril de 1935, sería la muerte de sus suegros, de sus cuñados y de un sobrino de once meses. La acusada declararía que el móvil del asesinato había sido la negativa de sus suegros y cuñados a hacer efectiva la dote de 1.000 pesetas de la época (el equivalente aproximado a 10.000 euros actuales) que correspondían al marido de la acusada, según las capitulaciones acordadas previamente al matrimonio.
La información publicada en prensa apunta que, cuando Dolors Cuit y su madre Pilar Vallès (acusada de complicidad en la comisión de los crímenes) ingresaron en la prisión (abril, 1935), el marido de la entonces todavía presunta homicida (hijo, hermano, cuñado y tío de las víctimas del envenenamiento) se desentendió de la criatura que tenían un común: un niño de siete meses que, acto seguido, sería ingresado en la Casa de la Maternidad de Lleida. La muerte de la criatura (no se especifican las causas), a la edad de dieciocho meses, publicada por la prensa (La Vanguardia, edición del 21/03/1936), sumaba una nueva víctima a un conflicto familiar con un desenlace trágico.