Tal día como hoy del año 1615, hace 407 años, en Madrid; aparecía la publicación de la segunda parte de El Quijote, que su autor Miguel de Cervantes dedicó a Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos; miembro de la cancillería; protegido del duque de Lerma (ministro plenipotenciario de la monarquía hispánica); y, con su patrocinador, paradigma de la corrupción que carcomía los cimientos de la monarquía hispánica. Lemos fue uno de los eslabones más importantes de una trama que explicaría el mayor robo de la historia del bandolerismo catalán.
Efectivamente, el 30 de diciembre de 1613, en Hostalets de la Panadella (Segarra), un ejército de bandoleros catalanes formado por unos cuatrocientos bandoleros a caballo —armados con arcabuces, pedernales y bombardas—, asaltaron un convoy de moneda de la corona que recorría el trayecto entre Madrid y los Países Bajos hispánicos; pasando por Barcelona, Génova y el llamado "camino español" que discurría por Saboya, Borgoña y Lorena. Los doscientos cincuenta Tercios que custodiaban aquel convoy fueron masacrados y la mayor parte de aquel tesoro no apareció nunca más.
La investigación moderna ha cuantificado el valor de aquel transporte, que ascendía a tres millones de ducados castellanos (el equivalente a mil millones de euros), y ha confirmado que estaban destinados al pago de los salarios retrasados de los Tercios de Castilla destacados en Flandes y en Brabante. Más concretamente, a los salarios de una anualidad. En aquel momento, los Tercios castellanos estaban cometiendo auténticas atrocidades contra la población civil flamenca, como medida de presión hacia las autoridades hispánicas para el cobro de los salarios retrasados.
La misma investigación moderna ha confirmado que el robo de la Panadella fue posible porque Lerma había informado a Lemos, y este había utilizado a su secretario personal, Lope de Vega (amigo íntimo de Vicent Garcia, rector de Vallfogona), para poner al corriente a Pere Roca d'Oristà, el gran capitán del bandolerismo nyerro catalán. Vicent Garcia era amigo íntimo de Roca, y había proclamado que "Perot" era "el mejor granuja del cristianismo". Aquella trama dibujaba un eje formado por Lerma-Lemos-Lope de Vega-Vicent Garcia-Pere Roca d'Oristà-Dalmau de Queralt (padre).
También, aquel robo, fue posible porque Lemos, que en el momento del asalto al convoy era virrey hispánico de Nápoles, condujo secretamente a Roca hasta Catalunya para dirigir el operativo. Poco antes (30 de julio de 1611), Roca se había acogido a un indulto promulgado por el duque de Monteleone (virrey hispánico en Catalunya); y, a cambio, había sido nombrado capitán de los Tercios castellanos en Nápoles. Roca, protegido por Lemos, llegó a Catalunya de incógnito y dirigió el asalto desde la sombra. Sobre el terreno, el capitán bandolero que dirigió aquel operativo sería Pere Barba dels Carbonells.