Tal día como hoy del año 1931, hace 93 años, en el puerto militar de Cartagena, el rey Alfonso XIII (abuelo del rey emérito Juan Carlos I y bisabuelo del rey Felipe VI) embarcaba en el crucero príncipe Alfonso y abandonaba el territorio español. Alfonso XIII se marchó en solitario, pero el crucero que lo tenía que conducir hasta Italia hizo escala en la colonia británica de Gibraltar para recoger a su heredero, Juan de Borbón. Alfonso XIII y Juan, serían acogidos en Italia, en aquel momento una monarquía dictatorial (cómo había sido España desde 1923 hasta el mismo día de la huida), gobernada por el rey Víctor Manuel III y por el jefe de gobierno Benito Mussolini. El resto de la familia real salieron de territorio español por su cuenta y se establecieron en Francia, lejos de Alfonso XIII y de Juan.

Según la prensa de la época, el rey Alfonso XIII decidió abandonar el territorio español el día anterior, 14 de abril de 1931, hacia las ocho de la noche, pocas horas después de que el Ministerio de Gobernación hiciera público que las elecciones municipales del 12 de abril anterior las habían ganado, ampliamente, los partidos republicanos, catalanistas, vasquistas y galleguistas, que empezaban a emerger de la clandestinidad. Aquellas elecciones eran unos comicios municipales, convocados para devolver el Estado español a un régimen constitucional y lavar la imagen de la monarquía española. Pero los partidos republicanos, catalanistas, vasquistas y galleguistas lo habían planteado como un plebiscito, y la noche del 14 de abril el destino de la monarquía era, totalmente, imprevisible.

Pocas horas antes, en Barcelona, Macià había proclamado la recuperación del autogobierno catalán, liquidado a sangre y fuego doscientos diecisiete años antes por el primer Borbón hispánico. Y en Madrid, se había proclamado la República Española. Hacia las seis de la tarde, un grupo de políticos y hombres de negocios, monárquicos y de derechas y muy bien relacionados con el monarca, se entrevistaron con Alfonso XIII en el Palacio Real para comunicarle que no harían nada para revertir aquel nuevo escenario y para pedirle que abandonara el territorio español con el fin de evitar un conflicto civil. Algunos historiadores han asegurado, también, que aquella comitiva puso sobre la mesa la proclama de Macià, y exigió a Alfonso XIII abandonar España para impedir la independencia de Catalunya.