A medida que pasan las horas y pese a los esfuerzos del PSOE y de la Moncloa por intentar colocar un cortafuegos entre los Koldo, Ábalos, Santos Cerdán y Pedro Sánchez, se desvanece la idea de que el presidente era totalmente ajeno a lo que sucedía en su entorno. ¿Más de una década de mordidas permanentes, dos secretarios de organización sacrificados por corrupción y Sánchez no sabía nada de nada? Es posible, pero no es creíble. Pero en medio de tantas gravaciones nauseabundas sobre el proceder del aparato socialista en las negociaciones con las empresas o el reparto de mujeres para pasar un fin de semana, hay un dato muy preocupante y que lejos de marcar distancia con Santos Cerdán, lo que parece es justo todo lo contrario.
¿Cómo se puede interpretar, sino que al exsecretario de organización desde el jueves se le haya ofrecido de letrado al abogado de cabecera del propio PSOE? ¿Qué pinta Gonzalo Martínez-Fresneda Ortiz de Solorzano como representante legal de Santos Cerdán? ¿Alguien se imagina, por ejemplo, que si se coge a un empleado robando en una empresa, se le ponga el mejor abogado del que disponga compañía para defenderlo? Pues eso es lo que ha hecho el PSOE. También algo más: no consta que se le haya abierto expediente en el partido y su renuncia al acta de diputado sigue sin formalizarse, aunque a última hora de este sábado aseguró que la formalizaría el lunes.
Hace unos meses era el caso Koldo, después se convirtió en el caso Ábalos, ahora ya es el caso Santos Cerdán. Pero también es el caso PSOE y lógicamente el caso Sánchez, que fue quien los nombró, les dio poder y los protegió
Cuatro días ha necesitado para un trámite de cinco minutos en los que ha podido seguir gozando de inmunidad parlamentaria. Muchas horas para poder poner las cosas en orden, eliminar las pruebas que haya podido e incluso protegerse de una detención mientras lo hacía si algún juzgado la ordenaba. Todo eso se le está permitiendo mientras se ha instaurado nuevamente la ley del silencio oficial y el presidente del gobierno se ha ido, según diferentes medios, a la finca toledana de Quintos de Mora, un impresionante espacio natural de más de 6.800 hectáreas de Patrimonio del Estado, a pasar el fin de semana y reflexionar. Glamour y aire fresco a menos de dos horas de Madrid, mientras que en la capital la temperatura climatológica de casi 35 grados era incluso inferior al hervor de la política.
Mientras se refugia en lo que en su día fue apodado el rancho de Aznar y fue conocido por el mundo entero gracias a unas fotografías del expresidente con George W. Bush, Pedro Sánchez debe estar maquinando con sus asesores más próximos el relato para mirar de salir de la crisis. ¿Hay conejos en la chistera que le permitan seguir aguantando? Porque el pedir perdón, aunque fuera nueve veces, lo consideran ya insuficiente, incluso muchos de los suyos. Sin credibilidad, sin aliados y sin expectativas electorales, es más que probable que se aferre a una muerte lenta que a un óbito súbito. Pero la gran pregunta es qué le permitirán hacer sus socios, aliados puntuales o compañeros de partido. ¿Durante cuánto tiempo resistirá una legislatura que no tiene futuro alguno? Hace unos meses era el caso Koldo, después se convirtió en el caso Ábalos, ahora ya es el caso Santos Cerdán. Pero también es el caso PSOE y lógicamente el caso Sánchez, que fue quien los nombró, les dio poder y los protegió. Al menos, eso.