Como un profano entrando en un terreno que no domina, así me encuentro hablando de la nueva canción de Rosalía, la joven de Sant Esteve Sesrovires, un auténtico fenómeno planetario, a la que ya no le caben más adjetivos elogiosos en su currículum y que, después de revolucionar el mundo de la música con su  pegadiza canción Malamente, se ha adentrado en un terreno en el que solo se atreven los más osados y las más valientes. No es poca cosa encaramarse arriba del todo, venir de ganar dos Grammy latinos en Las Vegas con tan solo 25 años y sacar dos singles, uno de ellos en catalán: una rumba catalana que es también un reflejo de la Catalunya actual, un país integrador, creativo y mestizo en muchas cosas, también en sus lenguas. Y capaz, como decía Raimon en su canción Jo vinc d'un silenci, de reivindicar que "qui perd els orígens perd la seva identitat". Y la lengua es eso: identidad. En pleno debate sobre la salud del catalán, bienvenida sea Rosalía y su cumpleanys, un barbarismo que habrá que empezar a pasar por alto si el catalán va a llegar a través de ella y de su música a confines impensables.

Es enormemente importante para la lengua catalana lo que ha hecho Rosalía. Escoger con normalidad para su nueva canción tras los Grammy su lengua materna no mejorará en un plis plas las dificultades que padece el catalán, pero ayudará a que en las zonas del país donde menos se habla, por diversas razones, bien sean culturales o de cualquier otro tipo, o en las que, simplemente, se evita hablar en catalán, el ejemplo Rosalía ayude. No deja de ser curioso cómo surgen fenómenos individuales en Catalunya que en un momento determinado son capaces de coger una fuerza imparable. Pasó con Ferran Adrià en el mundo de la gastronomía hace unos años, que ascendió al número uno mundial con muy pocas discusiones. O con Pep Guardiola en el fútbol, considerado uno de los grandes, si no el más grande, entrenador que se sienta en los banquillos. Rosalía ha entrado en esta competición en la música y ha conseguido en muy poco tiempo posiciones impensables y solo al alcance de las verdaderas estrellas, como lo demuestra el hecho de que en media hora  llevara más de cien mil visualizaciones en YouTube su nueva canción Milionària.

La artista del Baix Llobregat y su Milionària con su cumpleanys por allí en medio -a la espera estoy de las opiniones al respecto, y siempre autorizadas, de Quim Monzó o de Màrius Serra-, está llamada a ser la canción del verano. Para los que aún no la han oído, una crítica al dinero -un día quieres ser millonaria y al día siguiente quemarlo todo- que explica que empezó en el aeropuerto de Sevilla y acabó en Barcelona. Por cierto: ¿alguien en el Govern se enteró del lanzamiento? Porque todos los diarios estábamos pendientes a las 18 horas de los dos nuevos singles. Y nuestros sesudos políticos, aunque son muy activos con el Twitter y otras redes sociales, horas después no se habían ni enterado. En fin.