Supongo que el hecho de manifestarse de la mano ministros socialistas, dirigentes del PSC, las cúpulas del Partido Popular, Ciudadanos y Vox por las calles de Barcelona, juntos pero no revueltos, va con los nuevos tiempos que soplan desde el unionismo: todos en el mismo barco en contra del independentismo catalán. Luego se pelean –o lo hacen ver– pero allí estaban todos muy juntitos aunque esta vez sin foto conjunta. En este ambiente de armonía, es posible que los ministros socialistas olviden de qué partido son. Eso debe de ser, porque despertarse uno leyendo en La Razón las declaraciones del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, afrimando que "en Catalunya la violencia ha sido de mayor impacto que la del País Vasco" es para volverse a dormir.

¿Que pensarán los familiares de los 800 asesinatos que se produjeron? ¿Se puede ofender impunemente a la más mínima inteligencia por un puñado de votos? ¿Sr. Sánchez, nada que decir? No podía el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, elegir mejor día para decir una de las mayores sandeces de esta precampaña. Se merece el premio, al menos, de mentira del año. Lo que sucede es que su barbaridad, por mucho que sea falsa, no es, ni mucho menos, para tomarse a broma ya que con expresiones como esta es como se construye el falso relato. Así empezó lo de la rebelión y el golpe de estado, instalando un frame informativo que era repetido una y otra vez.

La política convertida en un estercolero, donde se pueden comparar cientos de muertos con ninguno y todo parece igual. Incluso escuché a uno de los oradores reclamar desde la tribuna del acto unionista de paseo de Gràcia el retorno del espíritu de Tarradellas. El expresident ha sido muy manoseado por unos y por otros pero que una manifestación con presencia de Vox apelara a su presidencia queda lejos incluso del zigzagueo político del expresident. Otra cosa es que en medio del fracaso de la manifestación unionista celebrada en Barcelona, Marlaska acabe tapándolo todo.

Empiezo a pensar que el estratega socialista en esta campaña se ha hecho un verdadero lío y que ya no sabe si está moviendo a Franco del Pardo, yendo a manifestaciones con Vox o pidiendo el voto de la izquierda. Uf, qué lío.