El Barça apabulló este domingo al Real Madrid (5-1) en el Camp Nou con un juego coral en momentos excelsos y se llevó por delante a uno de los entrenadores más breves en la historia del club blanco. Julen Lopetegui, un entrenador correcto gafado desde el mismo momento que dejó la selección española pocos días antes del Mundial de fútbol el pasado verano, será este lunes amortizado por Florentino Pérez y se cumplirá de nuevo la tradición que dice que en el mundo del fútbol no hay nada peor que tener los millones en los despachos y no en el terreno de juego.

El Barça sin Messi —lesionado— es muy superior al Madrid sin Cristiano. De la misma manera que el Barça con Messi también lo era. El Madrid que ha pasado por el Camp Nou es un equipo mediocre, acorde con el lugar que ocupa en la clasificación. Dicen que el sustituto de Lopetegui será Antonio Conte, exentrenador de la Juventus y el Chelsea, y de la escuela de titulares del banquillo con un carácter fuerte. Muy lejos de entrenadores que le funcionan al club blanco como Zinedine Zidane, con el que ha ganado las tres últimas Champions.

La competición acaba de empezar y obviamente nada está decidido. Pero los azulgranas han cobrado una ventaja importante sobre su histórico rival. Será una buena semana para desplazarse a Madrid, que suele llevar muy mal la humillación de los azulgranas en el terreno de juego. Otro dato: en este siglo, cuando ha habido un presidente del Gobierno socialista en la Moncloa, la estadística dice que el Madrid no gana la Champions (el Barça sí) y alcanza también menos ligas (dos frente a cuatro los azulgranas).

Una semana, también, en que la noticia más esperada para Catalunya llegará, seguramente, de Madrid con los escritos de la Fiscalía General del Estado y la Abogacía del Estado en el juicio del 1-O que se conocerán, parece, el viernes 2 de noviembre, Día de los Difuntos. La farsa del juicio a los presos políticos tendrá calificación de muchos años de prisión, sin que haya servido de nada el rapapolvo europeo al juez Llarena. La España que camina sorda y con paso firme hacia su derrota habrá dado un paso más.