La rotundidad de la respuesta de españoles y catalanes en la encuesta que publicamos este domingo en El Nacional, realizada por la empresa Opina360, que lidera el consultor político Iván Redondo, no deja lugar a dudas: Pedro Sánchez no ha cumplido los acuerdos que suscribió con Carles Puigdemont para su investidura como presidente del Gobierno en otoño de 2023. El sondeo es incluso cruel para Sánchez: el 57,7% de los españoles considera que los ha incumplido y el 62,8% de los catalanes, también. En Catalunya, incluso la mitad de los electores del PSC piensan que los ha infringido y en el mundo independentista lo piensan el 84,6% de los votantes de Junts y el 74,4% de los de Esquerra Republicana.

Y es cruel para Sánchez porque el presidente vive en un mundo claramente alejado de la realidad. Este domingo, en una entrevista concedida al diario madrileño El País, aseguraba lo contrario de la opinión mayoritaria: "El Gobierno de España, en aquellas cuestiones que tienen que ver con nuestra completa competencia, hemos cumplido con Junts. Hay cuestiones que no dependen en exclusiva del Gobierno de España, pero trabajamos para que se cumplan". La respuesta del presidente es aparentemente precisa, pero no se ajusta a la realidad, al menos en un par de cosas: la publicación de las balanzas fiscales exigida reiteradamente y que el Ministerio de Hacienda se resiste a publicar y la desclasificación de los documentos del CNI relacionados con la operación Catalunya. Hay más casos, pero estos dos son tan significativos que, como ejemplo, ya valen.

El 57,7% de los españoles considera que ha incumplido los acuerdos y el 62,8% de los catalanes, también

También merece un comentario su referencia a "nuestra completa competencia", porque claro, en la práctica, un gobierno que no goza por sí solo de mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, como es el caso, siempre quedaría excusado del cumplimiento de los pactos políticos, ya que la culpa siempre sería del otro. Y esa visión es demasiado altruista, ya que el partido perjudicado solo puede que aguantarse mientras el inquilino de la Moncloa se lava las manos: yo ya hice lo que pude. En esta situación se encuentran la transferencia de las competencias de inmigración a Catalunya (para el PSOE es culpa de Podemos), la oficialidad del catalán en Europa (es culpa de Alemania, que además no cambiará su opinión) y la plena aprobación de la ley de amnistía (es culpa del Supremo). Aunque en esta última cuestión la pelota aún rueda en el Tribunal Constitucional y veremos si su presidente, Cándido Conde Pumpido, acaba levantando la orden de detención de Puigdemont, como asegura José Luis Rodríguez Zapatero a Junts per Catalunya

Una última reflexión: ¿cómo puede ser posible que la opinión pública sea tan radical a la hora de asegurar que Pedro Sánchez no ha cumplido y la opinión publicada, tanto de Madrid como de Barcelona, tenga una percepción mucho más turbia cuando su información es mucho más completa? Tendrá mucho que ver con estos análisis tan acríticos, en que tan pronto se compra con aplausos una lluvia de millones a Catalunya, prometida por Mariano Rajoy y que nunca se produjo (portadas de marzo de 2017), como una promesa de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009, siendo presidente, en la que aseguraba que rescataría el Estatut d'autonomia, mutilado por el Constitucional hasta hacerlo irreconocible, con leyes orgánicas aprobadas por su Gobierno. Cosa que tampoco sucedió.