Repsol obtuvo en el primer trimestre de este año un beneficio neto de 648 millones de euros, frente a las pérdidas de 487 millones de euros registradas en el mismo periodo del ejercicio anterior, cuando procedió a un fuerte ajuste en sus inventarios por el descenso en los precios del crudo y del gas y por el desplome que se dejaba ya notar en la demanda por el inicio de la pandemia del coronavirus.
Este es el primer resultado positivo que logra la energética desde el tercer trimestre de 2019, un cambio de signo que atribuye a la fortaleza de su modelo de negocio basado en la diversificación y la transición energética, así como a su eficiente gestión, las medidas puestas en marcha para afrontar la pandemia. Las ganancias en los tres primeros meses de este año se han asentado, según la compañía, en "una eficiente gestión" que le ha permitido afrontar el difícil contexto provocado por la crisis del Covid-19, a pesar de que la pandemia ha continuado "lastrando la economía global durante los primeros meses del ejercicio", que le ha permitido aprovechar la recuperación que empezó a observarse en los precios del crudo tras su abrupta caída de 2020 y mejorar las cifras obtenidas en el mismo periodo del año pasado.
Demanda y precios
Así, después de que la pandemia derrumbara el año pasado la demanda mundial y los precios de las materias primas de referencia internacional, con descensos sin precedentes que llevaron al crudo Brent a mínimos de 15 dólares por barril en abril de 2020 y a una cotización media para el ejercicio de 41 dólares, en estos tres primeros meses de 2021 la cotización media del Brent se incrementó hasta los 61 dólares por barril, lo cual conllevó la revalorización de los stocks, mientras que la del gas Henry Hub se situó en 2,7 dólares por MBtu, similar al trimestre precedente.
El resultado neto ajustado de Repsol, que mide específicamente la marcha de los negocios del grupo, se situó en 471 millones de euros, un 5,4% superior al primer trimestre del ejercicio pasado, con un destacado comportamiento de las áreas de Exploración y Producción y de Química.
Antonio Brufau, presidente de Repsol / EP
Así, la compañía presidida por Antonio Brufau señaló que el modelo integrado de negocio de Repsol ha sido "determinante" para conseguir una cifra positiva en un contexto de gran dificultad, que afectó de forma notable a Refino y a Movilidad. La puesta en marcha del plan estratégico 2021-2025, lanzado por el grupo el pasado noviembre, junto con las medidas que ha implantado para hacer frente a la pandemia, mostró su eficacia y tuvo su reflejo en una mejora de ambos resultados con respecto a los obtenidos en el mismo periodo de 2020.
Todos sus negocios obtuvieron un flujo de caja operativo positivo, que para el conjunto del grupo ascendió a un total de 1.030 millones de euros, y un flujo de caja libre también positivo, que sumó un total de 507 millones.
Avanzar en la descarbonización
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha puesto en valor el desempeño positivo obtenido por el grupo en este trimestre "en un entorno extremadamente difícil que nos obliga a seguir trabajando duro, de la manera más eficiente y flexible posible". "Estamos sentando las bases de futuro de Repsol, avanzando en nuestros objetivos de descarbonización con proyectos punteros que refuerzan la industria española y ayudan a la recuperación de la crisis", añadió. Alineada con esta estrategia de ser protagonista en la transición energética, Repsol destinó un 40% de sus inversiones del primer trimestre a proyectos bajos en carbono.
Deuda y liquidez
En relación con la deuda neta, la compañía la redujo en 326 millones de euros en los tres primeros meses del año, un 5%, hasta situarla en 6.452 millones. Por su parte, la liquidez de Repsol se situaba en 8.456 millones de euros al cierre del primer trimestre, lo que representa 2,93 veces los vencimientos a corto plazo. Precisamente, con el objetivo de reforzar su posición financiera, la energética cerró en marzo una emisión de bonos subordinados por un importe de 750 millones de euros.
Imagen principal, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz / EP