La recuperación económica va por el buen camino a Catalunya, ahora bien hay varios riesgos que pueden frenar esta recuperación y alargarla más en el tiempo. Según ha anunciado este miércoles la Cambra de Comerç de Barcelona, estos riesgos son la inflación y el aumento de precios, los problemas de suministro y abastecimiento de las empresas, que a la postre pueden provocar una revisión a la baja del PIB catalán para este año y, en mayor medida, para el 2022.

Ahora bien, a pesar de estos datos desalentadores, la presidenta de la Cámara, Mònica Roca, ha asegurado que Catalunya ha entrado en la segunda mitad del 2021, una vez controlada la pandemia, con un crecimiento robusto y ha insistido en que los principales indicadores ya se acercan a los que teníamos antes de la pandemia, de hecho ha insistido con que Catalunya podría acabar el año con un PIB solo un 3,9% inferior al del 2019, justo antes de la aparición del coronavirus.

Riesgos para la economía Catalana

Como ya hemos dicho, la economía catalana, de momento, va el buen camino para la recuperación de la crisis provocada por la Covid. Ahora bien, hay dos grandes riesgos que la podrían frenar y provocar una rebaja de las previsiones de crecimiento.

En primer lugar encontramos un gran aumento de precios con respecto a las materias energéticas, como la luz y el gas, y las materias primas e industriales que estamos viviendo en los últimos meses con el consiguiente aumento de precios generalizado que eso podría comportar. Desde la Cámara, a través de su encuesta de clima empresarial, que un 25% de las empresas industriales catalanas ya han tenido que subir sus precios, aunque lo ha podido contener reduciendo los márgenes de beneficio y todavía no se ha traducido en los precios finales para los consumidores ni en los salarios, aunque esta situación podría llegar si la situación se alargara. De cara a futuro, la misma encuesta de la corporación muestra que en un futuro un 23% de las empresas industrial seguirá aumentando los precios, y apuntan que podría ser un segmento de empresas que todavía no los ha subido, por lo tanto, se podría dar la situación que casi el 50% de las empresas catalanas tienen que subir los precios en el corto plazo.

El segundo gran riesgo para la economía catalana de cara al futuro es el desabastecimiento que están sufriendo las empresas a lo largo de la cadena de producción, es decir la falta de materias primas o productos. Para calcular el alcance de este problema ahora mismo, muchas empresas tienen más dificultades para aprovisionarse ahora que durante la primera ola de la pandemia. De hecho, según la encuesta de clima empresarial de la Cámara, Clima, el 61% de las empresas en la industria y más del 50% a la construcción y el 53% de las empresas del sector del comercio afirman tener dificultades para aprovisionarse.

¿Inflación estructural?

El aumento de precios que están sufriendo las empresas actualmente, todavía no se ha trasladado del todo en el bolsillo de los ciudadanos, aunque sí que estamos viendo ejemplo como el precio de la gasolina o de la luz de forma más directo. Ahora bien la gran pregunta con respecto a este aumento de precios es si acabará provocando una inflación estructural y, como a última consecuencia un proceso de estanflación, es decir que dentro de un proceso inflacionista, se produjera un estancamiento de la economía.

Sobre esta pregunta, el jefe del gabinete de Estudios Económicos de la Cambra, Joan Ramon Rovira, ha asegurado que es improbable que se llegue a esta situación, y ha asegurado que a corto plazo podría provocar que los ciudadanos perdiéramos poder adquisitivo, pero ha considerado que este periodo inflacionista es, en principio, transitorio y tendría que empezar a ir a la baja a mediados de 2022.

En este sentido, ha recordado que el precio del petróleo, después de la Covid, ha recuperado los niveles de 2018, pero ha alertado sobre el precio del gas, que está muy por encima del precio marcado antes de la pandemia, por muchos motivos, pero especialmente porque China, un gran actor en este mercado, está comprando grandes cantidades de gas y, al haber más demanda, eso provoca un aumento de precios importante, que podría provocar que esta alza de precios fuera estructural.

Empleo y creación de empresas

Con respecto a la situación del empleo, creación de empresas y confianza empresarial en Catalunya, desde la Cámara apuntan que no estamos tan lejos de las cifras prepandemia, muestra que de momento la recuperación económica es robusta a Catalunya.

Un ejemplo claro es con el empleo, que actualmente es solo un 3,9% inferior a la de febrero del 2020, que en cifras absolutas se traduce en una diferencia de 96.802 asalariados efectivos menos actualmente que en febrero del 2020, y que en condiciones normales, podría estar cubierto a finales del año que viene, siempre que los riesgos que amenazan la economía catalana no hagan acto de presencia. Uno de los motivos por|para esta buena mejora del empleo en Catalunya es la reducción de las personas en ERTE, que actualmente son poco más de 49.000 en Catalunya.

Con respecto a empresas activas actualmente en Catalunya, actualmente tenemos unas 229.738, una cifra realmente buena que solo está un 1,2% por debajo de las cifras prepandemia, cuando tenemos casi 231.000 empresas en activo.

Con respecto a la confianza empresarial en Catalunya, también se sitúa un poco por debajo de las cifras prepandemia, concretamente un 2,5%. Ahora bien, en este punto el problema llega por el lado del estancamiento, concretamente porque el ritmo de recuperación se modera con respecto a los trimestres anteriores. Este hecho se da porque después de los meses de verano y con la consolidación de la nueva "normalidad", se espera un crecimiento más desacelerado en los próximos trimestres. Si miramos el índice por demarcaciones, podemos ver cómo solo cae a Tarragona, a causa del aumento de precios de los productos energéticos y la gran concentración de industria petroquímica en el territorio.

Otro punto importante de la presentación ha sido el de la liquidez y la solvencia que muestran las empresas catalanas, que siguen siendo bajas, aunque ha mejorado en los últimos meses respeto al inicio de la Covid. Concretamente el 20,3% de las empresas catalanas tienen problemas de solvencia, especialmente aquellas con menos de 10 trabajadores. Con respecto a la liquidez, el 27% de las empresas catalanas, es decir casi un tercio, tienen problemas de liquidez.