El magistrado de la sala tercera del contencioso del Tribunal Supremo que ha paralizado la aplicación de la polémica sentencia sobre el impuesto de las hipotecas, Luis María Díez-Picazo, compaginó durante dos años su trabajo como magistrado en el Supremo con la de profesor en el Colegio Universitario de Estudios Financieros, escuela de la cual es titular la Fundación de la Asociación Española de la Banca (AEB), parte interesada en el pleito de los impuestos hipotecarios.

Díez-Picazo, que no formó parte del tribunal que dictó la sentencia que dictaminaba que eran los bancos los que tenían que pagar el impuesto de las hipotecas decidió viernes pasado, el día siguiente que se hiciera publicar la sentencia, dejarla en suspenso y convocar el pleno del Tribunal Supremo con el fin de analizarla.

El magistrado, según informa la cadena SER, recibió el visto bueno del Consejo General del Poder Judicial para compaginar su trabajo en el Supremo con la docencia entre el 2015 y el 2017. Díez-Picazo fue autorizado a impartir clases, de derecho constitucional, siempre y cuando "no impida el cumplimiento de sus deberes judicial, ni comprometa su imparcialidad e independencia".

La Asociación Española de la Banca es parte afectada en un proceso judicial que puede suponer a la banca un gasto adicional de hasta 18.000 millones de euros. El 5 de noviembre está prevista la reunión del pleno que tiene que decidir sobre la polémica sentencia.