Jordi Baiget (Balaguer, 30 de diciembre de 1963) es conseller de Empresa i Coneixement. Licenciado en Ciencias Económicas por la UAB, militante en Convergència desde 1996 y, para muchos, uno de los hombres fuertes del expresident Artur Mas. Dentro del partido, ha desarrollado cargos de responsabilidad de todo tipo. Sin olvidarse nunca de su pasado como profesor, ha publicado varios estudios sobre el mercado laboral. Empresa y Conocimiento. Nos encontramos en su despacho. Todo en orden: fotografías de los anteriores consellers en la entrada y fotografía del actual president al lado de la senyera. Me recibe sin americana y no se la pone hasta la última fotografía. Luce una proximidad solemne. Hablamos de economía, inversiones extranjeras, revolución 4.0, procés, referéndum, cohesión interna o referentes... En un mandato "intenso e ilusionante".

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¿Qué balance hace de este año y medio al frente de la conselleria de Empresa i Coneixement?
Intenso e ilusionante. Ha coincidido con los años de cambio de ciclo y con el principio de recuperación. Al mismo tiempo, hemos tenido la suerte de acompañar muchos proyectos empresariales e industriales en su consolidación.

Estamos liderando ámbitos de la industria 4.0 y de la nueva economía

¿En qué situación se encuentra actualmente la empresa catalana?
La empresa catalana se encuentra en un momento interesante. Tiene que consolidar el crecimiento y la recuperación económica con más presencia en los mercados y con más empleo de calidad. Pero, de manera paralela, el mundo está cambiando y las empresas se tienen que adaptar a esta nueva manera de hacer y producir.

Ante los cambios, es clave el posicionamiento...
Somos optimistas porque la empresa catalana ha hecho los deberes y los sigue haciendo. Los deberes son básicamente abrirse al mundo y, para eso, necesitas tener un producto competitivo. Estamos liderando ámbitos de la industria 4.0 y de la nueva economía. Como por ejemplo, la impresión 3D que es uno de los elementos más disruptivos y se ha desarrollado en buena parte en Catalunya. Eso nos hace sentir esperanzados de cara al futuro.

¿Puede Catalunya liderar la cuarta revolución industrial en el sur de Europa?
Tenemos un entorno favorable: empresas que cada vez se abren más y son más dinámicas y receptoras. Pero también centros de investigación, universidades más potentes de lo que nos correspondería por población y peso económico y un tejido productivo diversificado y distribuido por todo el territorio. Somos capaces de atraer y recuperar talento. Hay agencias independientes británicas que sitúan Barcelona y su entorno como una de las cinco regiones más dinámicas del mundo para captar start-ups tecnológicas. Somos la puerta de entrada de la comunicación y la logística en Europa y a menudo también de Asia y el Oriente Medio. Todo eso son factores de competitividad que de cara al futuro pueden ayudar a situar Catalunya como referente de esta nueva industria 4.0 en el sur de Europa.

Los datos contradicen sus prejuicios ideológicos

¿Por qué discrepan la Conselleria d'Empresa y el Ministerio de Economía a la hora de contabilizar las inversiones que se hacen en Catalunya?
Se hacen con metodologías diferentes. El Ministerio tiene una contabilidad basada en el momento en que se produce la inversión. No miran la unidad productiva sino la sede. Eso da más relevancia allí donde está la sede social que muchas veces está en Madrid. Tampoco se regionalizan muchas inversiones que se hacen en más de una comunidad autónoma y que se podría saber exactamente donde tienen las plantas productivas. De hecho, el 28% de toda la inversión que hay en el Estado no se regionaliza. También hay otros criterios: ¿cuando se anuncia la inversión y donde va de manera efectiva? Lo importante no es la disparidad de criterios sino que tanto si lo miramos con la metodología del Estado o cualquier otra, la inversión en Catalunya va bien y tiene un comportamiento positivo.

La metodología puede cambiar el resultado...
A la hora de calcular el importe global sí que influye. La inversión de acuerdo con los datos del Ministerio ha caído un 1,2% respecto del año anterior. El 2015 fue el año récord y el 2016 ha sido el segundo mejor año de inversión exterior. Ahora bien, ellos mismos recomiendan mirarlo por periodos. Si cogemos el último quinquenio (2012-2016), con datos siempre del Ministerio, la inversión extranjera directa ha crecido un 32,1% respecto los cinco años precedentes. Ellos mismos han tenido que reconocer que no hay fuga de inversión en Catalunya. Aunque creemos que la metodología es perfeccionable, salen unos buenos resultados incluso con su metodología.

Sin embargo, se insiste en que el procés asusta a la inversión extranjera... De hecho, el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, aseguraba que "los empresarios huyen de Catalunya como de la peste".
En su caso no hay una base racional como tampoco numérica ni real. Hay una base ideológica de estar en contra del procés. Contra determinados prejuicios ideológicos, la razón no luchará pero al final, la verdad siempre sobresaldrá. Y los datos contradicen sus prejuicios ideológicos.

De lo que están más preocupados los inversores extranjeros es de la inseguridad jurídica del gobierno español

Toda moneda tiene dos caras. Cuando este discurso no se ve reflejado en los datos, entonces se asegura que la inversión extranjera no se cree el procés...
Lo que quieren los inversores cuando invierten fuera de su país es que haya un retorno. Es evidente. Ahora tienen muchas opciones y escogen los sitios en función de las perspectivas, los mercados, los activos que les puede dar... La mayoría de inversiones que vienen aquí escogen en función de una buena relación calidad-precio en todo. Se interesan por el entorno, hacen preguntas y se las respondemos. Y encuentran lógica nuestra respuesta: la mayoría de ciudadanos de este país quieren decidir su futuro y por eso, se plantea un referéndum. Ya está. Se lo explicas, lo entienden y eso no asusta. De hecho, son otros que están asustados porque la respuesta sea esta.

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¿Hasta qué punto tiene que ver el contexto político con la inversión extranjera?
Es importante pero le explicaré una anécdota. Cuando fuimos a Londres a hablar con fondos de inversión industriales que estaban interesados en venir a Catalunya, nos preguntaron por el procés. Pero nos dijeron que difícilmente invertirían en Catalunya mientras formara parte del Estado español. ¿Por qué? Porque invirtieron y confiaron en el Estado español y les fallaron al no garantizar la seguridad jurídica de sus inversiones.

Un ejemplo.
Esto pasó con el caso de las primas de las energías renovables. Mucha gente confió en lo que decía el gobierno del Estado pero cambiaron las normas de juego a media partida. Por lo tanto, la seguridad jurídica es importante. De lo que están más preocupados los inversores extranjeros es de la inseguridad jurídica del gobierno español.

El paquete de inversiones se ha visto que era un anuncio no realista. Rajoy vino aquí a hacer el paripé

¿Usted también entiende el paquete de inversiones de Rajoy en Catalunya como "realista, viable y verificable"?
El paquete de inversiones se ha visto que era un anuncio no realista. Desgraciadamente, es verificable porque menos de una semana después se presentan los presupuestos donde se verifica que de aquello que se había prometido nada de nada. Vino aquí a hacer el paripé. Ya estamos acostumbrados. Me parece una falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos de este país prometer inversiones del Corredor Mediterráneo y después ver que las mayores dotaciones están en el Corredor Mediterráneo que va por Madrid. Eso es un insulto.

¿Y el referéndum sí que es realista?
El referéndum es la voluntad mayoritaria de la gente de este país. Estamos gobernando con unos principios, unos programas y unos compromisos que adquirimos ante la ciudadanía donde decíamos que queríamos sacar adelante este referéndum. Estamos comprometidos. Con respecto a la actividad productiva y de las empresas, no nos planteamos el referéndum como una finalidad. Nos lo planteamos como un instrumento para mejorar el país, garantizar su futuro y dar más capacidad para la creación de riqueza. ¿Cómo podemos competir en el mundo si no podemos decidir cuál es la política fiscal y energética que hacemos? No podemos gestionar infraestructuras que son claves para la competitividad como son los aeropuertos y los puertos. El referéndum forma parte de un proceso que tiene como objetivo dar aquellos instrumentos tanto a los ciudadanos como a las empresas de este país para tener un futuro mejor.

¿Está garantizado que se hará?
Está garantizado el compromiso del gobierno en sacarlo adelante.

No nos planteamos el referéndum como una finalidad

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¿A pesar de la heterogénea implícita en Junts pel Sí, hay cohesión dentro del govern?
Sí, somos conscientes de la tarea que tenemos. Dar cumplimiento a las propuestas y al objetivo principal del mandato que es definir el futuro de Catalunya como nación y como sociedad. Sin embargo, también gobernamos y gestionamos el día a día. Este gobierno va a la una.

¿Se confía todavía en una negociación real con el Estado?
Siempre se ha dicho que nosotros tenemos la puerta abierta para dialogar con el Estado sobre el referéndum. Para determinar las preguntas, los porcentajes o los calendarios.

¿Sería viable económicamente una Catalunya independiente?
Se ha estudiado y nadie duda de la viabilidad de una Catalunya independiente. Incluso, no lo dudan los que lo han estudiado desde fuera sin la pasión de aquel que lo vive en el día a día. Le pondré un ejemplo: ¿si ahora estamos progresando como lo estamos haciendo con una mano atada por un déficit fiscal que nos saca cada año 16.000 millones de euros, cómo lo podríamos hacer si tuviéramos todo el dinero a nuestro alcance? Nadie lo duda. El problema de la independencia por los que están en contra no es de viabilidad económica sino de otras variables.

Nadie duda de la viabilidad de una Catalunya independiente

Sí nadie lo duda... ¿Cuál es exactamente la percepción internacional del procés?
Estamos hablando con todas las multinacionales sobre proyectos de inversión de futuro. Eso quiere decir que tienen confianza y están interesados en el procés. Nosotros les decimos que queremos hacer este procés de una manera pacífica, democrática, legal... No queremos salir de Europa ni del euro. Esta es nuestra carta de presentación. Estas empresas se sorprenden de que en la otra parte no haya nadie que quiera dialogar sobre el futuro.

¿Está garantizada la pertenencia en la Unión Europea?
Tal como han ido las últimas reacciones sobre el Brexit, Escocia y las elecciones francesas... Creo que Europa actúa con un pragmatismo absoluto. Ante una situación así, habría una respuesta adecuada. Desde el realismo, Catalunya seguiría siendo miembro de la Unión Europea.

En IESE aseguraba que "Aparte de buenas palabras, no existen hechos que contribuyan a mejorar las posibilidades y la competitividad exterior de Catalunya por parte del Gobierno español". ¿Qué cambiaría si Catalunya tuviera plenas competencias en materia fiscal, energética o en infraestructuras?
Cambiarían muchas cosas. Con la gestión de las tasas aeroportuarias, podríamos hacer unas tasas mucho más competitivas y adecuadas al volumen de negocio que generan los aeropuertos catalanes para atraer, sin ningún problema, vuelos directos desde todo el mundo. En materia de puertos, tres cuartos de lo mismo. Podríamos diseñar nuestras infraestructuras y tendríamos desde ya hace mucho tiempo el Corredor Mediterráneo que nos conectara directamente a las mercancías que producimos y que produzcan en todo el litoral y el arco mediterráneo hacia Europa. Tendríamos un sistema fiscal más simple, ágil y competitivo así como un modelo energético absolutamente diferente al que nos impone el Estado español. Y sobre todo, con más confianza.

Catalunya seguiría siendo miembro de la Unión Europea

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El otro día el conseller Comín decía que Catalunya tendría que aspirar a ser la Finlandia de la Salud... ¿En materia empresarial y de investigación y conocimiento, tiene algún referente?
Afortunadamente, Catalunya es referente en muchos ámbitos. Muchos países de Europa querrían ser como Catalunya en materia de salud. Nuestros referentes son aquellos que tienen mejores prácticas. Nos gustaría parecernos a Alemania en participación y gobernanza. Es decir, una participación más directa de los sindicatos en el gobierno de las empresas así como el gobierno de la FP o la promoción de políticas que facilitan la formación continuada de todos los ciudadanos. En materia de investigación y especialmente en innovación, nos gustaría tener una orientación tan clara como tienen los Estados Unidos o Israel. Y en oportunidades y protección, nos gustan los países escandinavos.

Y, ¿por qué no?
Tenemos unos instrumentos y tenemos que ser lo más eficientes posible. Tener las máximas prestaciones con los menos impuestos es imposible. Tiene que haber coherencia con todo. Si buscamos lo mejor de cada país pero no nos fijamos en sus otras realidades, entonces caemos en auténticos errores. Se nos dice que la universidad tendría que ser gratuita porque en Alemania es gratuita pero lo que no se nos dice es que allí se pagan las visitas al médico. Y aquí no. Podemos hablar de estas cosas pero hablemos globalmente porque lo mejor de cada cosa con los impuestos que pagamos es imposible. Se tiene que priorizar y ver que hay un consenso en el entorno de lo que se quiere hacer. Si no lo aplicamos de una manera realista no garantizaremos un futuro estable para nuestro país.