España y Portugal han incumplido el objetivo de déficit del 2015 pero a pesar de ello, han conseguido librarse de la multa de Bruselas. La agencia norteamericana de calificación crediticia Fitch considera que la cancelación de la sanción "socava la limitada credibilidad" del marco fiscal de la eurozona. En otras palabras, una corporación norteamericana golpea a la eurozona donde más le duele: la credibilidad. Y no contenta con un primer aviso, Fitch ha vuelto al ataque asegurando que el ritmo de consolidación fiscal en Europa se está relajando y asegura que la política europea ya no es lo que era. Lejos de la disciplina fiscal, las reformas económicas o el ímpetu por crear nuevas instituciones financieras europeas. 

Ahondando en una multa que ha sido capaz de dividir a los comisarios entre multa cero o multa simbólica hasta el último minuto, Fitch destaca que "la Comisión Europea y muchos gobiernos de la eurozona se han alejado de una interpretación estricta de las reglas fiscales europeas, favoreciendo la política presupuestaria laxa". Fitch pide mayor rigidez y recomienda a aquellos países de la Eurozona que han dejado a un lado la consolidación fiscal "a medida que se desvanecía la crisis", que vuelvan a impulsar el camino del crecimiento económico a corto plazo.  

España, por encima de sus expectativas

A pesar de no compartir la decisión de Bruselas que todavía sigue pendiente de que el Consejo Europeo dé su beneplácito, Fitch también ha valorado positivamente el crecimiento del PIB en España cuyas expectativas considera que "se han superado" e insiste en que un avance de la actividad compensaría el impacto negativo de su elevada deuda pública que ya supone un 100,5% del PIB. A su vez, también ha advertido que este alto porcentaje no deja de ser un límite a la mejora de la calificación de la deuda soberana de España que el pasado lunes se mantuvo en BBB+, lo que supone un aprobado con perspectiva estable.

No parece tener la misma suerte Catalunya, a quien Fitch sigue suspendiendo al calificar su bono de basura sin grado de inversión. Fitch en tanto que agente económico suele evitar vestir política y economía en una misma valoración pero de vez en cuando, parece que le es indispensable: la relación de Catalunya con España es "poco cooperativa", Catalunya no aclarará su futuro hasta que España aclare previamente el suyo y la independencia de Catalunya es poco probable. Pero puestos a distinguir, "la recuperación de la economía española no ha sido afectada por la incertidumbre política" pero "la independencia de Catalunya resultaría en un choque económico."