Los 4.800 proyectos de economía cooperativa, social y solidaria representan un 6% del PIB de Barcelona y llegan a generar hasta un 8% del total de su ocupación, según constata el último informe del Ajuntament. Se incluyen desde iniciativas de salud, educación, vivienda, cultura y telecomunicaciones hasta sociedades laborales, "mutualismo" o tercer sector social. Y todo ello capitaneado por los principios de propiedad, gestión democrática y responsabilidad social. 

Un buen ejemplo del impulso de este tipo de economía es la Masia Can Calopa de Dalt que gestiona la cooperativa L'Olivera y que trabaja para favorecer la integración social de personas con discapacidad a través de la cosecha de la viña y la producción de vino. 

En este sentido, el objetivo del consistorio liderado por Ada Colau es reforzar y mejorar la viabilidad económica de las iniciativas impulsadas desde el sector de la economía solidaria que contribuyan a crear trabajo "arraigado y próximo" y que, al mismo tiempo, faciliten y promuevan la sostenibilidad y la integración social de colectivos vulnerables.

Collserola, un punto "emblemático"

El Comisionado de Economía cooperativa, social y solidaria y consumo del Ajuntament ha señalado como proyecto emblemático "la montaña de Collserola, donde el antiguo mercado de Vallvidrera también está llamado a jugar un papel referencial en esta apuesta". Precisamente la Associació Cultural del Mercat de Vallvidrera –formada por una docena de entidades y colectivos– ha presentado este mismo martes un proyecto de viabilidad basado en un modelo de gestión cívica de este espacio para garantizar la implicación y el compromiso de las entidades y la ciudadanía así como su empoderamiento. 

Para hacerlo posible, el distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha encargado un anteproyecto y estudios previos para poder impulsar la reforma del mercado, ya que el consistorio y las entidades entienden este equipamiento cultural como un espacio de "socialización ciudadana y democratizador de la cultura".