La economía catalana cerrará el 2016 con un crecimiento del 3,5%, seis décimas por encima de la última previsión anunciada en julio pasado, y prevé un aumento del 2,5% para el 2017, según las estimaciones del último informe del BBVA Research. Una mejora en las previsiones que se debe principalmente al impulso de la demanda interna (en especial, del consumo de las familias) así como también la política de expansión del gasto público y el dinamismo del sector turístico.

En este sentido, el jefe de análisis macroeconómica de la entidad, Rafael Domènech, ha adelantado que la economía catalana no sólo acumulará cuatro años consecutivos al alza sino que esta vez, además, crecerá por encima de la economía mundial por primera vez desde el 2000, año en que estalló la crisis de las empresas tecnológicas. Al mismo tiempo, también ha explicado que se estima que a lo largo de estos dos años, se creen 210.000 puestos de trabajo y que la tasa de paro se sitúe en un 12,3% a finales de 2017, seis puntos porcentuales por encima de los niveles previos a la crisis. 

Precisamente de cara al año entrante, la economía catalana crecerá menos por el efecto de riesgos como el Brexit, las peores perspectivas a escala global, la moderación de la política fiscal o la incertidumbre sobre la política económica. Sin embargo, en la misma medida que ha sucedido con las previsiones de julio, no se descarta que el paso del tiempo aclare las incertidumbres estatales e internacionales del 2017 y que por lo tanto, el PIB catalán llegue a crecer hasta cuatro décimas más, en torno al 3%. "Todo lo que se pueda hacer para reducir incertidumbres y desequilibrios contribuirá positivamente. Haciendo bien las cosas podríamos repetir registros de crecimiento del 2015 y 2016", ha añadido justo antes de anticipar una política de contención fiscal por parte del Govern y del gobierno español.

Incumplir el déficit

Respecto al objetivo de déficit establecido del 0,6% para 2017, el informe del BBVA Research ha apuntado que se alcanzará almenos el 0,9%. Una cifra que implica una mayor acumulación de deuda de las administraciones públicas.

Según Domènech, "nos preocupa que el nivel de deuda todavía no haya flexionado bastante cuando vemos que hay indicios de nuevo ciclo de subidas del tipo de interés, lo que supondrá más carga financiera en los presupuestos públicos para atender las deudas."

Por otro lado, también ha remarcado el aumento de la dimensión de las empresas, la diversificación y la digitalización como aspectos claves para la mejora del mercado laboral. Se espera que a finales de 2017, Catalunya haya recuperado la mitad de la ocupación perdida durante la crisis a pesar de la alta temporalidad. Y de la todavía compleja realidad del paro donde "todavía hay trabajo por hacer" a la recuperación de otros parámetros macroeconómicos como por ejemplo, el nivel de renta por cápita que se situará dos puntos por encima de la de 2007.

Un turismo "agotado"

En línea con los resultados del estudio, Domènech ha explicado también que el efecto geopolítico de los países conflictivos que han desviado el turismo en Catalunya se ha "agotado". Más concretamente, ha hecho referencia a atentados como países como Túnez. Turquía, Egipto y el norte de África que se ha traducido en un 30% de crecimiento del turismo en Catalunya.

Aunque se mantendrán las tasas turísticas actuales, se prevé que ya no haya más crecimiento de este tipo de turismo. Tanto el turismo como la llegada de inversiones extranjeras procedentes del Reino Unido evidencian el agotamiento de vientos de cola que hasta ahora habían impulsado tan fuertemente la economía catalana. 

En definitiva y a pesar de todos los pesares, la economía catalana sigue creciendo y esta vez con el añadido de hacerlo por encima de la economía mundial. Un logro de 15 años.