El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi ha advertido que el riesgo de actuar demasiado tarde en la extremadamente baja inflación es más grande que actuar demasiado pronto. Por ello, sugiere que es necesaria una mayor relajación en la política monetaria.

Los riesgos de la espera

Adoptar una posición de stand by respecto a la caída del precio del crudo y dejar que la baja inflación se estanque, implica grandes riesgos con temibles consecuencias para la confianza en el regulador europeo y las expectativas a largo plazo, lo que derivaría en una presión con tendencia a la baja en los precios.

"Si eso ocurriese, necesitaríamos mucha más política monetaria acomodaticia para revertirlo", ha advertido Draghi, con lo que concluye que "visto desde esa perspectiva los riesgos de actuar demasiado tarde sobrepasan los riesgos de actuar demasiado pronto", añadió.

Estímulos y flexibilización

Desdués de haber creado expectativas de una nueva ronda de estímulos monetarios durante el Foro de Davos y mayor flexibilización en marzo, los inversores ya han realizado sus respectivos cálculos de recorte de la tasa de depósitos y sus potenciales medidas de ajustes de expansión cifradas en 1,5 billones de euros del banco.

Objetivos (ir)reales

Los objetivos de inflación del BCE se sitúan por debajo del 2%, pero sin embargo pasar del objetivo a la realidad no es tan fácil como parece y el contexto amenudo no ayuda. Por tercer año consecutivo, no se ha alcanzado el objetivo establecido y es bastante improbable que se consiga en el presente año, dado el débil crecimiento económico, los bajos precios del crudo, el bajo crédito y la modesta subida salarial en la zona euro.

Sin embargo, Draghi aboga por persistir en la consecución de sus objetivos (ir)reales. "Si no nos rendimos ante la baja inflación –y ciertamente no lo vamos a hacer– en situación estable volverá a niveles consistentes con nuestro objetivo", ha asegurado el presidente del BCE.

Daños colaterales

"No puede haber duda de que si necesitamos adoptar una política más expansiva, el riesgo a efectos secundarios no se interpondrá en nuestro camino", ha anunciado Draghi. Aunque es preferible que no hayan daños colaterales ni tampoco distorsiones, el objetivo prioritario del BCE es la estabilidad de precios mediante una inflación controlada y esto a veces supone efectos secundarios.

La solución pasa por aceptar el riesgo y utilizar medidas menos convencionales. Draghi prefiere pronto que tarde y a veces más vale tarde que nunca. Cuestión de tiempo.