El día ha empezado frío pero soleado, abriendo las calles a la ciudadanía para que salieran a reivindicarse "contra la pobreza salarial y social" y para reclamar un trabajo y derechos "dignos". Este es el lema que ha encabezado la 127ª manifestación del Día del Trabajador en Barcelona, que ha mezclado a miembros de todos los sindicatos, políticos y ciudadanos, unidos en contra de la reforma laboral. 

Unas 50.000 personas han salido este 1 de mayo en defensa de un trabajo digno y en contra de la reforma laboral impuesta por el gobierno en mayoría del PP en 2012. Tiendas, hornos, estancos, charcuterías y farmacias estaban abiertas a la espera de que cualquier manifestante entrara a gastar. Mientras tanto, los turistas se lo miraban con curiosidad y aprovechaban para hacerse fotografías con la escenografía de una Barcelona llena de banderas sindicales y camisetas con todo tipo de mensajes, desde "No tinc por" hasta "No a la deslocalització" o "Per una feina digna". Tampoco han faltado los pamfletos comunistas y las pancartes de "Retallades 0" o "Enderroquem els murs de l'Europa del capital".

Al ritmo de La Internacional y Els Segadors

La concentración más multitudinaria ha arrancado pocos minutos antes de las 12 de la mañana en la plaza Urquinaona y ha acabado en la avenida de la Catedral. En el punto de inicio se han escuchado proclamas que han reclamado la recuperación de los derechos y los salarios perdidos durante la crisis. Juntos por una misma causa, los manifestantes han exigido que se cree empleo de calidad y que éste vaya acompañado de unos salarios que se ajusten a las necesidades actuales y vayan acorde con los tiempos que corren.

Al acabar, los líderes sindicales han leído el manifiesto unitario de CCOO y UGT que, entre otras cosas, rechaza el "enriquecimiento ilícito de una minoría mientras aumentan la pobreza y las desigualdades". La lectura ha terminado pocos minutos después de las 13 horas y al ritmo del himno de La Internacional y de Els Segadors que sonaba de fondo. Puños arriba tanto en el escenario como en el público encabezado a primera línea por el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que ha lucido una gorra roja de su partido. 

También ha habido dos manifestaciones paralelas de los sindicatos USOC y la CGT. La primera ha salido de la ronda Universitat sobre las 12 horas, la segunda de plaza Sant Jaume una hora antes. En otras ciudades también se han celebrado concentraciones. La de Girona ha salido de la plaza de la Independència, la de Tarragona de la plaza Imperial, la de Lleida de la plaza Treball y la de Tortosa de la plaza Jaume I.

Reforma laboral, explotación legal

Durante la lectura del manifiesto, que ha empezado con el testimonio reivindicativo de la hija de una activista social fallecida en Honduras, el secretario general de la UGT de Catalunya, Camil Ros, ha asegurado que "sin la reforma laboral, no se puede hacer explotación laboral legal". Por eso ha abogado por una "negociación colectiva" que ayude a derogar la reforma laboral. "Si no la deroga el Gobierno que salga, que lo tendrá que hacer el Congreso y, si no, lo haremos nosotros", ha subrayado. Y, probablemente, si se llega a esta situación, lo ejecutaran mediante una huelga general porque "nos están dando las condiciones para hacerla".

Ros, que todavía recibía felicitaciones de los asistentes por su nuevo nombramiento como secretario general, ha alertado al Ejecutivo de que cuanta más represión haya, más huelgas y movilizaciones habrá, y ha recordado a los políticos que "la gente trabajadora no está saliendo de la crisis". Para solucionarlo, ha vuelto a reclamar al Parlament que "agilice" la renta garantizada de la ciudadanía y ha amenazado con ofensivas sindicales "para recuperar los derechos trabajados" y los salarios.

La familia Real en paro y botar el PP

El líder de UGT ha sentenciado que "no vamos a parar hasta que sólo quede una familia en paro: la familia real", a lo que también ha querido dejar claro que con el PP lo único que hay que hacer es "botarlo" y no "votarlo". En declaraciones a El Nacional, Ros ha asegurado también que la repetición de elecciones "es triste y una oportunidad perdida" en la que se podría haber tenido un Gobierno "que derogara la reforma laboral, la ley mordaza y la ley Wert" y que "se pasara de hacer política mediante el Tribunal Constitucional al diálogo", pero a pesar de ello, ha insistido que hay que ir a votar porque es "el único momento en el que nuestro voto vale igual que el del consejo de administración del Ibex 35."

Por último, ha descrito también el Día del Trabajador como una "lucha internacionalista" contra el TTIP y la Troika y a favor de los refugiados, sobre lo que ha asegurado que "nos sentimos más ciudadanos sirios que europeos". 

Unidos por la misma causa, el secretario general de CCOO de Catalunya, Joan Carles Gallego, ha continuado a su vez en la misma línea que su homólogo de UGT, y ha recordado que el crecimiento que hay hoy, "no llega al conjunto de la sociedad" y, para que sea así, "hay que cambiar las políticas". Él también ha exigido la derogación de la reforma laboral y el incremento salarial.

Ayuda al banquero, recorta al obrero

La clase obrera, una de las más perjudicadas por la situación actual, ha cargado contra las políticas del Gobierno en funciones poniendo sobre la mesa que éste, mientras "ayuda el banquero", "recorta al obrero".

Marcha de la manifestación del 1 de mayo / Lena Prieto

Las juventudes de Comissions, tapados con máscaras o sacos negros y muchos con guillotinas simbólicas, han reclamado que la corrupción acabe dando lugar a una revolución.

Las juventudes de CCOO. / Lena Prieto

Otros han reclamado un sueldo de 2.000 euros para los políticos, que les convertiría en políticos "honestos", y han recordado que más de un 50% de los jóvenes están en el paro y que esto supone su "extinción" y la pérdida de las pensiones.

Marcha del 1 de mayo / EFE 

Finalmente ha habido quien siempre la lía. Esta vez unos desconocidos han pintando los cristales de algunos establecimientos como el de Zara mediante el mensaje "Ortega explotador" y han tirado bengalas de humo.

Zara con pintadas / Lena Prieto

Políticos unidos por una misma causa

Los sindicatos han querido dejar claro que este 1 de mayo supone el inicio de una "ofensiva sindical" para rescatar los derechos olvidados e instar a los diferentes gobiernos para ir en la línea de la Carta Social Europea, un tratado internacional de carácter vinculante que constituye un documento que defiende los derechos humanos. También han pedido a la ciudadanía más movilización y los han animado a ir a las urnas el 26-J para acabar con la reforma laboral. Si no es así, acabarán convocando una huelga general a finales de año. 

En el terreno político, los partidos también se ha mostrado más unidos que nunca por una misma causa. El vicepresident del Govern, Oriol Junqueras, que ha abandonado la manifestación justo cuando esta llegaba al edificio de Foment del Treball, ha querido defender los derechos de los catalanes cargando contra el Tribunal Constitucional que "se nombra a dedo por los partidos políticos", así como contra el PP y el PSOE por las reformas que han hecho estos últimos años.

Por ello, "ahora más que nunca, hay que estar al lado de los trabajadores", ha defendido la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que ha añadido que "hay que reivindicar sus derechos".

Una solución sería "reequilibrar" la balanza entre trabajadores y sindicatos y apostar por la "transparencia", como ha propuesto el diputado de Ciudadanos en el Parlament Antonio Espinosa; conseguir un "verdadero" gobierno del cambio, como ha puesto sobre la mesa el líder de Catalunya Sí que Es Pot, Lluís Rabell; o bien proteger a aquellas personas que se han quedado sin la prestación del paro, como ha dicho la diputada del PSC Eva Granados. Tampoco ha querido perderse la manifestación de Barcelona, el exnúmero tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, que se ha ido acompañado del primer teniente alcalde del Ajuntament, Gerardo Pisarello.

Todas estas propuestas suman para conseguir erradicar en gran parte la pobreza salarial y potenciar los derechos sociales, así como para derogar la reforma laboral y lograr un trabajo digno con un sueldo a la altura de las circunstancias. Ahora, sin embargo, queda por ver qué sucede el próximo 26-J y si finalmente los sindicatos acaban convocando una nueva huelga general, como la de 2014.