Desigual, la textil de los colores y las piezas rompedoras, cerró en el 2017 con una facturación de 761 millones de euros, el 11,5% menos que los ingresos obtenidos por este grupo textil en el 2016. El Ebitda se situó en 119 millones de euros y el beneficio neto en 47 millones, cosa que supuso un recorte del 28% y del 33,3%, respectivamente, en relación con los resultados del 2016.

La caída de la facturación se registró básicamente en los mercados europeos, que aportan el 90% de los ingresos totales de la compañía, cosa que la empresa explica por la ''racionalización'' de la red de distribución de la empresa que se ha realizado durante el 2017. Alberto Ojinaga,el director, ha manifestado que en el 2018 se presenta como el punto de inflexión en el cambio de tendencia de la evolución de la facturación.

Ojinaga prevé que este 2018 se crecerá en el número de puntos de ventas ''después de las inversiones realizadas en el 2017''. Al mismo tiempo asegura que el 2018 vendrá marcado por la expansión geográfica en mercados con potencial de crecimiento como Latinoamérica, donde en el 2017 se ha observado un crecimiento de las ventas del 18% en relación con el 2016.