El conjunto de las administraciones públicas del Estado, salvo los ayuntamientos y excluidas las ayudas financieras, acumularon un déficit de 36.074 millones de euros entre enero y mayo, una cifra que equivale al 2,98% del PIB y que es un 27,7% inferior a la del mismo periodo del pasado año.

Según el Ministerio de Hacienda, los datos de ejecución presupuestaria publicados este viernes se ven impulsados por el efecto positivo de la reactivación económica. De esta manera, el déficit público al cierre de mayo se encontraba todavía lejos de la previsión para el conjunto del ejercicio, que es del 8,4% del PIB.

El desglose por subsectores muestra que la Administración central concentraba al cierre de mayo la mayor parte del déficit, 31.365 millones, un 5,1% menos, equivalente al 2,59% del PIB, por debajo de la referencia del 6,3 % del PIB para final de año. La Administración central ha asumido la mayor parte del gasto asociado a la pandemia a través de transferencias a otras administraciones.

Más intensa fue la reducción del déficit de los fondos de la Seguridad Social, que baja un 80%, hasta 2.971 millones, en parte gracias al aumento de los ingresos por cotizaciones sociales y la reducción de los gastos. Se sitúa así en el 0,25% del PIB, cuando su referencia anual es del 1,5% del PIB.

Por su parte, las comunidades autónomas redujeron un 11,6% su déficit, hasta los 1.738 millones, un 0,14% del PIB, cuando su previsión para final de año es del 0,7% del PIB. Al cierre de mayo, cinco comunidades autónomas lograban superávit: Andalucía, Asturias, Castilla y León, La Rioja y País Vasco.

Las comunidades acumularon en esos cinco meses 3.063 millones de gasto sociosanitario ligado a la pandemia, un 0,25 % de su PIB, un porcentaje que fue especialmente elevado en Castilla-La Mancha (0,43%) y Murcia (0,38%).

Datos hasta junio

Además de los datos consolidados, Hacienda ha publicado información más actualizada, del conjunto del primer semestre, de la ejecución presupuestaria del Estado, que cerró junio con un déficit de 35.665 millones de euros, un 25,9% menos que un año antes y que equivale al 2,95% del PIB.

Esta corrección del déficit se debe principalmente al aumento de los ingresos, que crecen un 15 % (hasta los 94.341 millones) impulsados por la recaudación tributaria, que se dispara un 20,6 % en comparación con un ejercicio 2020 marcado por el estado de alarma y la paralización económica.

La recaudación por IRPF aumentó un 31,5 %; la de IVA, un 16,8%, y la del impuesto de sociedades, un 42,1%. Más allá de los grandes impuestos, el primer semestre recaudatorio se vio beneficiado de mayores ingresos por el impuesto sobre los seguros -cuyo tipo subió en enero- y las subastas por derechos de emisión, así como por los primeros 128 millones recaudados del impuesto sobre transacciones financieras.

Los gastos se mantuvieron estables en la primera mitad del año, en 130.006 millones, un 0,1% menos, con una fuerte reducción del gasto asociado a la pandemia, que pasa de 15.639 millones en la primera mitad de 2020 a 5.351 millones este año.