Agbar ha confinado a una parte de los trabajadores de sus plantas de tratamiento de agua potable, consideradas infraestructuras críticas, en las propias instalaciones, con el fin de garantizar la salud de los empleados ante la pandemia de coronavirus y la prestación del servicio de agua.

Desde hace una semana, operarios de Agbar están de manera permanente en las instalaciones donde trabajan, donde hacen turnos de doce horas y duermen en autocaravanas de uso individual instaladas por la empresa. El objetivo de la compañía es "minimizar el posible el impacto derivado de una infección o cuarentena asociada al coronavirus" al personal de las plantas de tratamiento de agua potable consideradas críticas, así como las plantas que el grupo califica de esenciales por el volumen de habitantes que proveen.

En estos casos se enmarca la planta potabilizadora de Sant Joan Despí (Baix Llobregat), que provee en Barcelona y en los municipios del área metropolitana, y la planta de potabilización de Palafolls, que da servicio a once municipios del Maresme.

Mantenir la seguridad

El director de operaciones de Agbar en Catalunya, Rubén Ruiz, explica en un comunicado que la voluntad de la empresa es mantener la seguridad y la salud de sus trabajadores y garantizar un servicio esencial cómo es el abastecimiento de agua. "Desde el primer momento hemos implementado una serie de iniciativas, como los turnos de doce horas, y el tercer escenario era esta presencia permanente en nuestras infraestructuras críticas, indica el directivo.

Según Agbar, las plantas están en gran medida automatizadas, de manera que es posible operarlas físicamente con el menor número de personas. Así, en el caso de la planta de Sant Joan Despí hay nueve trabajadores confinados en las instalaciones que trabajan repartidos en turnos de día y noche y que eructan con un segundo equipo de operarios cada quince días.

En el caso de Palafolls, son dos los trabajadores del dispositivo, aunque en este caso los turnos son semanales. Rubén Ruiz destaca que este dispositivo se ha podido montar gracias a la disponibilidad que han mostrado los trabajadores, que se han ofrecido voluntarios para hacerlo: No nos ha costado encontrar voluntarios. Sabemos muy bien a qué nos dedicamos y sabemos que el agua es un servicio esencial y no podemos fallar la ciudadanía".

Para facilitar el descanso de los trabajadores en los centros de trabajo, Agbar ha instalado autocaravanas de uso personal. La ubicación del campamento, subraya la empresa, "se ha realizado buscando la zona con menos ruidos, con acceso de electricidad y se ha contratado un servicio de catering para las comidas".

El grupo, además, ha definido un protocolo muy estricto de medidas de control y prevención para asegurar la seguridad de las instalaciones. Así, por ejemplo, todos los empleados han dado negativo en la prueba de la Covid-19, se los ha facilitado equipos de protección individual (EPI), se les hacen controles de temperatura diariamente, se ha reducido al máximo la entrada de proveedores al recinto y se ha intensificado la desinfección de caravanas e instalaciones.

Los trabajadores, asimismo, están en permanente contacto telefónico con el exterior y el departamento de apoyo emocional de la compañía se encarga de realizarles un seguimiento personalizado. Agbar afirma que estas medidas se extenderán próximamente a otras instalaciones del grupo: "Hemos empezado por las depuradoras por un criterio de criticalidad y esta semana en otras instalaciones de saneamiento se tomarán medidas similares", explica Rubén Ruiz.