La borrasca Filomena de hace unas semanas hizo disparar los precios de la electricidad a máximos históricos en España, concretamente un 20% más comparado con enero del año pasado, llegando a los 95 euros/kWh. Por este motivo algunos consumidores habrán recibido una factura a final de mes mucho más elevada de lo normal, pero uno de los problemas con el que se encuentran muchas familias es la dificultad para descifrar qué se está pagando en cada recibo.

¿Cómo leer una factura?

Para empezar, es importante saber si tenemos contratada la luz en el mercado regulado o en el mercado libre. Los aumentos o bajadas en el precio de la luz solo afectarán a aquellos que estén en el mercado regulado o precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC), puesto que en el mercado libre el precio lo pone la empresa a través de una tarifa fija y no varía en el tiempo. Para saber en qué mercado estamos, tenemos que mirar la factura, que lo especificará.

En cambio, en el mercado regulado, el precio varía cada hora en función de la demanda, de forma que cambios en el precio afectan a la factura.

Hay que tener en cuenta, pues, de qué manera se generan los precios. Se trata de un mercado libre pero a través de un sistema marginalista, donde cada tipo de energía entra en el mercado por orden de coste y a través de una subasta, la última en entrar marca el precio final.

A su vez, también hay que tener claro qué estamos pagando. El recibo de la electricidad consta de tres componentes:

  1. Los peajes de acceso a la electricidad. Los fija el Gobierno y sirven para pagar lo que cuesta mantener la red eléctrica y hacer llegar la energía hasta tu casa.
  2. Los impuestos. Se basa en un impuesto especial sobre la electricidad y el IVA. Acaba siendo un 27% de la factura.
  3. El precio para producir electricidad, que es el único componente que varía en función del mercado contratado y es donde se ven reflejados los aumentos o bajadas de precio. Este comprende el 40% de la factura.

¿Por qué aumenta el precio de la luz?

A veces no entendemos cómo es que, de repente, la electricidad aumenta tanto o baja repentinamente. Lo cierto es que se rige, como casi todo, por la ley de la oferta y la demanda, pero no solo. Hay muchos motivos que pueden provocar aumentos en el recibo eléctrico pero los podríamos resumir en:

  1. En épocas de frío como la borrasca Filomena, hay una mayor demanda de electricidad, lo que hace incrementar el precio. También ahora, en época de pandemia, el teletrabajo afecta mucho a la demanda de electricidad del hogar.
  2.  También influye el hecho que en España se utilizan tecnologías más caras, como por ejemplo el gas natural, para generar la electricidad necesaria para cubrir los picos de demanda. Las épocas de sequía o falta de viento también complican la generación de energía.
  3. La evolución de los precios a nivel internacional o conflictos y crisis pueden afectar el precio de materias primas como el petróleo y el gas, directamente relacionadas con la generación de una parte de la energía.

Recordemos, sin embargo, que estos aumentos solo afectan a los clientes del mercado regulado, que son menos de la mitad de los hogares del Estado. A la vez, el mercado regulado también es el único que se beneficia de las bajadas de precio que a veces se dan por excedentes u horas valle.