Abengoa ha registrado unas pérdidas de 1.213 millones en 2015 tras realizar saneamientos por casi 900 millones, una cifra que contrasta mucho frente al beneficio de 125 millones de 2014, según informó la propia compañía. Además de encontrarse con demandas judiciales por deudas impagadas o vencidas por valor de 650 millones, el grupo de ingeniería y energías renovables se encuentra en preconcurso de acreedores desde el pasado mes de noviembre ante su elevado endeudamiento y falta de liquidez y corre el riesgo de entrar en concurso y liquidación en tan solo unas pocas semanas.

En su pertinente explicación de los resultados de 2015, Abengoa ha señalado que los principales impactos registrados ascienden a unos 878 millones refiriéndose a las estimaciones de costes relacionados con la paralización en el último trimestre de los proyectos en construcción y al deterioro de otros activos. Sin embargo, la compañía ha querido remarcar que los Administradores confían en poder alcanzar un acuerdo con sus acreedores antes del 28 de marzo para evitar el concurso.

Plan de viabilidad

Las ventas del grupo en 2015, representadas en un 86% por su actividad internacional, han incrementado hasta alcanzar los 5.755 millones, un 19,5% menos que el pasado ejercicio donde se registraron 7.151 millones. La disminución de la cifra de negocios se debe principalmente a la caída de 1.184 millones de la actividad de Ingeniería y Construcción dada la compleja situación del último trimestre.

La deuda bruta total ha ascendido a 9.395 millones mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) se ha situado en 515 millones, un 63,4% menos que los 1.408 millones de 2014. De esta forma, la deuda es más de 18 veces superior al beneficio operativo, con lo que se ha sobrepasado y con creces el compromiso de la empresa de no superar las 3,5 veces.

En su firme intento de hacer reflotar la compañía, Abengoa ha presentado a mediados de febrero un plan de viabilidad elaborado por Alvarez & Marsal en el que se considera que la Nueva Abengoa valdría 5.395 millones, lo que supone aproximadamente siete veces más que si la compañía es finalmente liquidada.  Además de las necesidades de "garantías técnicas" situadas en 525 millones, saltan a la vista las necesidades de liquidez de empresa estimadas en 826 millones para 2016 y 304 millones para 2017. Sin embargo, la propia compañía insiste en que el cumplimiento del plan de viabilidad asociado a la capacidad del grupo para generar recursos de sus operaciones "permitirá la recuperación de la confianza del mercado, la estabilización de la posición de liquidez de la compañía y continuar progresando positivamente en el futuro".