Zinedine Zidane se obsesionó con la llegada de Sadio Mané durante su primera etapa en el Real Madrid. Hizo todo lo posible para convencer a Florentino Pérez de que estudiara la posible incorporación del extremo africano, que en ese momento era una de las grandes estrellas del Liverpool. Precisamente, se enfrentaron a los ingleses en la final de la Champions League de 2018, donde anotó el único gol de su equipo, que perdió por tres a uno, en esa noche fatídica de Loris Karius.

Después de confirmarse que Cristiano Ronaldo no seguiría, al haber llegado a un acuerdo con la Juventus de Turín, el técnico francés no tuvo ninguna duda, y solicitó la contratación del ex del Southampton, del Metz o del Red Bull Salzburgo. Estaba convencido de que era el relevo que necesitaba el cinco veces ganador del Balón de Oro, pero su consejo no fue escuchado. El presidente insistía en dar más protagonismo a piezas como Marco Asensio o Gareth Bale, que fue el héroe de la victoria contra los ‘reds’ con un magnífico doblete, y confiar en el joven Vinicius Junior, que acababa de aterrizar.

Este fue uno de los motivos por los cuales ‘Zizou’ decidió presentar la dimisión, y abandonar el Santiago Bernabéu, si bien acabaría regresando pocos meses después. Y de nuevo pidió robarle a Jürgen Klopp al internacional senegalés, pero en esa ocasión, fue la negativa de Anfield a negociar lo que provocó que fuera un objetivo imposible. Siguió siendo una pieza fundamental y maravillando con sus actuaciones en la Premier League, hasta que el pasado verano cambió de aires.

Precisamente, lo hizo después de perder otra vez en la final de la Copa de Europa contra el Madrid, que no presentó competencia al Bayern de Múnich, y dejó el camino libre de obstáculos a los bávaros, que firmaron a Mané a cambio de unos 50 millones de euros. Se convirtió, de este modo, en el reemplazo de Robert Lewandowski, que se unió al proyecto de Xavi Hernández en el Barça. Y las cosas no le han podido ir peor en la Bundesliga, donde es considerado como un fiasco.

Aunque sus cifras no son malas en absoluto, 12 goles y cinco asistencias entre todos los torneos, existe un enorme descontento con el atacante de 31 años en el Allianz Arena. No se ha consagrado como titular, e incluso se plantean darle salida.

No se ha adaptado a los sistemas de Julian Nagelsmann, y ahora de Thomas Tuchel, y protagonizó una pelea con su compañero Leroy Sané, propinándole un puñetazo que le costó ser sancionado económico. Viendo esto, se puede decir que Florentino Pérez acertó a la hora de descartar a Mané…