Xabi Alonso ha dicho basta. El técnico del Real Madrid ha tomado una decisión firme: Franco Mastantuono se queda fuera. No jugará ni contra la Juventus en Champions ni contra el Barça en el Clásico. Al menos desde el inicio. El motivo no es físico ni táctico. Es disciplina. El argentino no defiende ni presiona como exige el entrenador. Y en el equipo blanco, eso tiene consecuencias.
Desde que llegó el pasado verano, Mastantuono ha sido una de las grandes sensaciones. Su talento es indiscutible. Descaro, técnica y visión de juego. Con solo 18 años, se ganó un puesto en el once inicial y la confianza total de Xabi. Pero, con el paso de las semanas, su rendimiento ha bajado y su actitud ha empezado a preocupar. El problema no está en lo que hace con el balón, sino en lo que deja de hacer sin él.

Mastantuono no responde a las exigencias de Xabi Alonso
Xabi Alonso es un técnico obsesionado con la presión alta, la intensidad y el compromiso colectivo. Y Mastantuono no ha respondido. Se desconecta cuando el equipo pierde la pelota, no ayuda a cerrar su banda y rompe el equilibrio defensivo. El cuerpo técnico lo ha hablado con él en varias ocasiones, pero la respuesta no ha sido la esperada. En los últimos partidos, sus estadísticas en recuperaciones y presión efectiva han caído en picado.
En el vestuario, algunos compañeros lo han notado. En especial los defensores, que se ven obligados a cubrir más terreno cuando el argentino no vuelve a tiempo. Xabi lo ha intentado todo: charlas, sesiones de vídeo, incluso ejercicios específicos en los entrenamientos. Pero el mensaje no ha calado. El técnico considera que se ha convertido en una debilidad táctica, algo imperdonable en partidos de máxima exigencia.
Por eso, ha decidido dejarlo fuera del oince inicial en los dos próximos encuentros. No es una sanción oficial, pero sí una advertencia seria. Alonso quiere que el joven entienda que en el Real Madrid no hay espacio para la relajación. Ni para las estrellas que se creen intocables. La meritocracia es sagrada.

Xabi Alonso no tolera que los jugadores negocien esfuerzos
El banquillo blanco tiene alternativas. Arda Güler, más disciplinado y con mejor lectura táctica, parte como favorito para ocupar su lugar. También Brahim podría ganar minutos, gracias a su sacrificio defensivo y su movilidad. Ambos cumplen con lo que Xabi pide: presionar, recuperar y correr sin balón.
En el club, la decisión se interpreta como una llamada al orden. Nadie duda del talento de Mastantuono, pero todos coinciden en que debe madurar. La camiseta del Real Madrid no se sostiene solo con técnica. Hace falta carácter, entrega y respeto por la idea colectiva.
Xabi lo tiene claro. Prefiere perder calidad puntual a perder equilibrio y compromiso. Sabe que el futuro de Mastantuono puede ser brillante, pero solo si aprende la lección. De momento, el mensaje está lanzado: quien no corra, no juega. Y en este Real Madrid, eso ya no se negocia.