El Real Madrid vive uno de los momentos internos más delicados de los últimos años. Más allá de los resultados y del juego irregular, en el vestuario blanco empieza a percibirse una fractura provocada por el protagonismo de sus dos grandes estrellas, Kylian Mbappé y Vinicius Junior. La convivencia no es explosiva, pero sí tensa, y la sensación es que el grupo ya no camina en una sola dirección.
La realidad es que el liderazgo dentro del equipo se ha convertido en un problema. Ambos jugadores aspiran a ser el eje absoluto del proyecto, dentro y fuera del campo, y esa lucha silenciosa ha terminado arrastrando al resto del vestuario. No hay enfrentamientos directos, pero sí bandos definidos y una falta de sintonía que empieza a afectar al día a día.
Dos bandos bien definidos en el vestuario blanco
Por un lado está el bloque claramente alineado con Vinicius Junior. Futbolistas como Rodrygo, Éder Militão y otros brasileños del vestuario se mantienen cerca del extremo, con quien comparten afinidad personal y futbolística. También Fede Valverde, muy cercano a Vinicius, se mueve en ese entorno, defendiendo su peso específico dentro del equipo.

En el otro lado aparece el grupo que respalda a Mbappé. El francés cuenta con el apoyo de pesos pesados como Thibaut Courtois, además de Camavinga, Tchouaméni y Arda Güler, futbolistas que ven en el ex del PSG al líder natural del proyecto deportivo. Este sector considera que el equipo debe girar claramente alrededor de Mbappé.
El entrenador, el punto en el que todos coinciden
Lo más llamativo es que, pese a la división interna, hay un punto en el que ambos bandos coinciden: el descontento con el entrenador. Tanto los jugadores más cercanos a Vinicius como los alineados con Mbappé consideran que el técnico no está gestionando bien ni los roles ni las jerarquías dentro del equipo. Se percibe una falta de claridad en el proyecto, decisiones tácticas discutidas y una gestión del vestuario que no convence a nadie. Esa sensación compartida ha evitado, de momento, que la fractura sea mayor, pero no elimina el problema de fondo.
Si no se toman decisiones claras en los próximos meses, el riesgo es de que la división se haga irreversible y termine afectando no solo al rendimiento deportivo, sino también a la planificación futura del club. Así pues, el vestuario blanco vive en equilibrio inestable, con Mbappé y Vinicius como epicentro de un problema que ya nadie se atreve a negar.