La publicación del diario El Mundo ha abierto la caja de los truenos. 7 jugadores del Valladolid se habrían dejado perder contra el Valencia en la última jornada de Liga para lucrarse a través de la trama de apuestas deportivas que dirigían Carlos Aranda y Raúl Bravo junto con Borja Fernández, excapitán del conjunto castellano.

La revelación ha puesto en alerta máxima al Valladolid, porque podría perder la categoría si se demuestra que se implicó como entidad dentro de la trama, y del Girona, porque podría quedarse en Primera si finalmente el club que dirige Ronaldo Nazario es castigado contundentemente.

La trama, sin embargo, también ha situado en el punto de mira al Valencia. El club de Mestalla necesitaba ganar el partido contra el Valladolid para asegurarse la cuarta plaza que da acceso a la Champions League, un hecho que sucedió gracias a dos "regalos" de la defensa blanco-y-violeta (0-2). Este hecho ha provocado que algunos seguidores acusen a la entidad valenciana de comprar a los jugadores del Valladolid, pero la denuncia, hoy por hoy, no tiene ningún sentido.

La operación Oikos investiga a Carlos Aranda y Raúl Bravo, dos exfutbolistas que han hecho de las apuestas su modus viviendi. Estos, sin embargo, no tienen ningún tipo de vínculo con el club valenciano, si no que han actuado por cuenta propia. De hecho, hoy por hoy no se ha podido probar que ninguno de ellos tenga relación con algún equipo de Primera División.

La situación, eso sí, es muy distinta para Borja Fernández. El excapitán del Valladolid, implicado directo en la perversión, pudría arrastrar a su club a Segunda por haber ejercido de enlace entre Aranda y Bravo y varios miembros de la plantilla del equipo castellano.