El partido entre el BAXI Manresa y el Hapoel Jerusalén no es noticia por el aspecto deportivo, sino por la gran tensión que ha generado en la ciudad del Bages y en Barcelona. Declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia, el duelo ha coincidido con la huelga general del 15 de octubre y ha sido precedido de decenas de movilizaciones y bloqueos de manifestantes contrarios a la celebración del partido y en apoyo a Palestina.

Un piquete frente al Hotel Barceló Sants

En Barcelona, un piquete se ha concentrado delante del Hotel Barceló Sants, donde el equipo israelí se alojaba previamente. Los manifestantes han intentado bloquear el acceso al hotel mientras gritaban consignas a favor de Palestina. Los Mossos d’Esquadra han reforzado el dispositivo con más de siete furgones de la Brimo. Tras cargas policiales y gas pimienta, el equipo ha podido salir del hotel e iniciar el trayecto hacia Manresa, acompañado por la policía, con el objetivo de minimizar cualquier confrontación.

Las manifestaciones no han podido impedir la llegada de los equipos

Por su parte, en Manresa, los manifestantes han intentado bloquear las vías de acceso al Nou Congost, intentando impedir que los equipos llegaran al pabellón. A pesar de los esfuerzos del piquete, las plantillas de BAXI Manresa y Hapoel Jerusalem han podido acceder al recinto mediante furgonetas sin identificar y un fuerte cordón policial, asegurando la llegada segura de los protagonistas. Los llamamientos a participar en las movilizaciones, hechos a través de las redes sociales, han mantenido un ambiente cargado de tensión durante toda la tarde, con el objetivo claro de detener el partido.

Algunos grupos de animación y el Ayuntamiento de Manresa se habían pronunciado a favor de suspender el duelo. Sin embargo, el club confirmó desde el primer momento su participación para evitar posibles sanciones económicas y deportivas derivadas a la no disputa de la jornada 4 de la Eurocup. La decisión final del club fue jugar a puerta cerrada, con el objetivo de minimizar riesgos y garantizar la seguridad. La jornada ha estado marcada por la tensión y la controversia previa al duelo: manifestaciones en Barcelona y Manresa, cargas policiales y bloqueos han acompañado la llegada de los equipos al pabellón, convirtiéndolo en uno de los enfrentamientos más controvertidos de la temporada antes de que se dispute.