La derrota contra el PSG más que dolorosa, inexplicable y dejando casi sentenciado al Barça en la Champions League de este año, ha sido la peor manera de mostrar todas las vergüenzas de los blaugrana. Los de Luis Enrique han hecho aguas línea por línea. Desde la referencia atacante y hasta los defensores que no hay ninguna presencia que se salve.

Hacía tiempo que el Barça mostraba un juego dudoso. Varios tramos de partidos con problemas de creación, perdiendo la intensidad característica de los buenos tiempos y muy débiles contra los grandes equipos. En la vuelta de la competición europea ha llegado el desastre total y en el peor momento posible.

La defensa, inexistente

Siempre corriendo hacia atrás y con el retrovisor bien puesto para ver el partido de la manera menos esperada. Terriblemente exigidos y resultado pésimo. Sergi Roberto ha creado chispas de buen juego, pero en el uno contra uno ante Draxler ha quedado retratado varías veces. Piqué no ha aparecido y Umtiti ha tenido alguna intervención providencial, pero la mandada de búfalos franceses lo ha cogido desprotegido igual que al resto de compañeros.

Sensaciones muy malas porque los pilares de detrás han estado saturados. Suerte de Ter Stegen que ha sido providencial en unas quantas ocasiones muy claras de gol del PSG. A pesar de todo, cuatro goles que han dejado embelesada la defensa blaugrana.

El medio del campo, desconocido

No ha parecido que fuera un Barça habitual. Las piezas titulares daban esperanzas antes del partido porque Busquets e Iniesta volvían a la titularidad. Pero lo que se ha visto en el medio del campo no ha sido normal.

Busquets ha navegado sin rumbo e Iniesta ha estado totalmente ausente. Sin las brújulas del gran Barça, el equipo ha naufragado. Y todo ha sido acompañado por un André Gomes que se ha convertido una pesadilla para el aficionado blaugrana. Si en defensa han estado pésimos, en medio del campo han estado nefastos.

El tridente, sin jugar

Y es que si el equipo no funciona, normalmente el Barça se encomienda al tridente que tantos éxitos ha dado. Pero contra un PSG entregado a la pelota y unos compañeros que parecía que también iban azules como los franceses, no han ayudado nada a la aparición de los de arriba. Las pelotas han circulado lejos del ataque blaugrana. Messi no ha sido Messi y Luis Suárez se ha escondido entre los centrales rivales.

Neymar ha sido el único que ha propuesto, pero él solo no se ha podido poner el equipo a la espalda. El que más ha probado, el que más se ha movido, el que más se ha ofrecido, pero sin éxito. La mejor definición del Barça han sido los cero disparos a la porteria rival en 90 minutos en París.

Nadie ha podido estar al nivel y el Barça se marcha esperando la épica en el Camp Nou el próximo 8 de marzo. Drama en el Parque de los Príncipes y momento de replantearse la situación actual. Llegar a la final de Copa del Rey aun será un gran premio para una temporada que se ha complicado mucho.