Joan Laporta está bajo presión. Desde varios sectores del club, tanto del entorno deportivo como del institucional, insisten en que Nico Williams debe ser el gran fichaje del verano. No se trata solo de una cuestión de talento, sino de visión a medio plazo: hay quienes creen firmemente que con él, el Barça tendría el equipo necesario para conquistar la Champions League junto a Lamine Yamal.
El extremo del Athletic Club ha firmado una temporada sensacional, confirmando su crecimiento y consolidación como uno de los jugadores más desequilibrantes del fútbol europeo. Su entendimiento en el campo con Lamine Yamal ha despertado la ilusión de muchos dentro del club, que creen que juntos pueden marcar una época.
Laporta, reticente por el pasado... pero la presión aumenta
Laporta no ha olvidado lo ocurrido el pasado verano. Nico Williams era uno de los grandes objetivos, pero su entorno no facilitó las negociaciones, y la operación terminó cayéndose. Esa experiencia dejó huella en el presidente, que ha sido más cauto en su seguimiento del futbolista durante este mercado.

Sin embargo, el contexto ha cambiado. Luis Díaz, la prioridad inicial de Deco y Flick, no está en venta por parte del Liverpool, lo que ha obligado a la dirección deportiva a reactivar alternativas. Y en este escenario, Nico vuelve a ganar protagonismo.
Deco y Flick valoran su perfil: vertical, joven, con desborde, buena capacidad de trabajo y acostumbrado al fútbol de élite. La cláusula de 60 millones no se ve como un gasto, sino como una inversión a futuro, especialmente teniendo en cuenta que Lamine y Nico se entienden a la perfección dentro y fuera del campo.
Nico y Lamine: juventud, talento y una conexión natural
Lo que más seduce a los defensores del fichaje de Nico es su conexión con Yamal. Ambos se entienden sin hablar, se buscan, se encuentran y saben complementarse sobre el césped. El primero con su potencia, desequilibrio y experiencia en LaLiga; el segundo con su magia, regate y visión de juego.

60 millones y una decisión que puede marcar una era
El fichaje de Nico no es sencillo. La cláusula está clara: 60 millones de euros que deben pagarse al contado. Pero no hay necesidad de negociar con el Athletic, lo que simplifica la operación desde el punto de vista burocrático.
La cuestión es si el Barça, con las limitaciones financieras actuales, decide hacer ese esfuerzo o reservar ese dinero para otro perfil, como Rafael Leao o Lookman. La decisión final está en manos de Laporta, pero las voces a su alrededor lo tienen claro: si quiere volver a lo más alto de Europa, Nico es el camino.