El Barça de Ernesto Valverde remonta dos goles contra la Real Sociedad y rompe una racha de más de diez años sin ganar un partido de Liga en Anoeta (2-4). El equipo, empujado por Luis Suárez, cierra una primera vuelta casi perfecta -16 victorias y 3 empates- y mantiene al Atlético de Madrid, segundo, a raya.
La sombra de Iniesta
San Sebastián produce escalofríos en las orejas de los seguidores del Barça. Y a Valverde, plenamente adaptado a las particularidades del club, también. Por eso ha querido protegerse las espaldas en un partido que amenazaba con ser más físico que técnico. La lluvia que ha mojado con fuerza el País Vasco durante buena parte del domingo añadía un ingrediente más a una receta que hace tiempo que se le atraganta al equipo. André Gomes ha dejado en el banquillo a Andrés Iniesta. André por Andrés. Una letra y mucho fútbol de diferencia.
Valverde volvía al 4-4-2 con el que brilló contra el Celta de Vigo. Pero la Real Sociedad ha conseguido contrarrestarlo a través de la pelota. Otra vez Eusebio Sacristán. Otra vez Anoeta. Los vascos cortocircuitaban cualquier ataque del Barça y el fútbol ha sido justo con ellos concediéndoles el primer gol. Paulinho ha desplegado una alfombra roja para que Willian José rematara de cabeza un centro del eterno Xabi Prieto. 1-0. El Barça revivía fantasmas del pasado a las primeras de cambio.
El gol aprobaba el planteamiento de Eusebio. La Real, con la lección bien aprendida, no dejaba pensar al Barça, que se ahogaba sin la pelota y no tenía respuesta por ninguna de las preguntas. Por primera vez desde la Supercopa de España contra el Real Madrid, el equipo era claramente inferior a su rival. De parecer invencible a temblar en cada jugada. La metamorfosis era alarmante. Pero podía ser peor. Y ha sido peor
Canales ha aprovechado un agujero en la defensa del Barça para filtrar un pase hacia Juanmi. Y el delantero de la Real ha hecho el segundo después de un disparo que ha desviado Sergi Roberto y ha despistado a Ter Stegen. El equipo pasaba por el momento más bajo y no emitía señales de vida. El partido se podía convertir en una pesadilla.
Suárez vale oro
El amor propio de Luis Suárez ha reanimado al Barça. Asociándose con Jordi Alba, Suárez ha hecho gala de su repertorio como delantero. Esfuerzo, sacrificio, desmarque y calidad técnica. El uruguayo ha regalado el gol a Paulinho en la jugada más clara de la primera parte. 1-2. El partido cambiaba. El gol ha sido la medicina a todos los males.
El equipo ha aprovechado la inyección anímica para deprimir a la Real después del descanso. Sergi Roberto, como tantas otras veces, ha difuminado el dibujo de los vascos con una carrera llena de fe. La pelota ha pasado por Messi y ha acabado en los pies de Suárez, que se ha inventado una genialidad en forma de vaselina para empatar el partido. La lluvia, muy intensa, recibía la reacción del Barça.
Valverde ha movido el banquillo para culminar la remontada. Y lo ha conseguido. La entrada de Ousmane Dembélé ha llevado al límite una Real con la lengua a fuera, que empezaba a acusar el desgaste físico. Un servicio de portería inocente de Rulli, portero de los vascos, ha sido el preludio del 2-3. Suárez, depredador, no ha desperdiciado el regalo. Y Messi no ha querido volver a Barcelona sin levantar la voz con un gol de falta de videoteca. Como si fuera un penalti desde 25 metros. Un abuso.
Los rivales tendrán que esperar para ver la primera derrota de un Barça que sigue arrancando páginas del calendario en su carrera hacia el título de Liga. 19 puntos más que el Madrid y 29 partidos consecutivos sin perder para el único equipo invicto de las cinco grandes ligas en Europa. Los números, al lado de Valverde.