Ferran Torres ha pasado de estar en la rampa de salida a ser una de las piezas más valoradas del FC Barcelona. El extremo valenciano cerró la temporada 2024-2025 con cifras convincentes —10 goles y 6 asistencias en 27 partidos— y un rendimiento ascendente que le permitió consolidarse como una alternativa real a Robert Lewandowski, especialmente en los tramos en que el polaco no pudo rendir por molestias físicas. Ahora, en esta pretemporada 2025-2026, Ferran sigue en estado de gracia, y su impacto no pasa desapercibido ni para el cuerpo técnico ni para el vestuario.
Uno de los más sorprendidos ha sido Raphinha, quien, según fuentes del vestuario, ya lo ve como titular por méritos propios. La competencia en la delantera sigue siendo feroz, pero Ferran ha logrado algo que parecía improbable hace solo un año: darle la vuelta a la opinión de una afición que lo quería fuera. Su trabajo silencioso, su versatilidad y su nueva mentalidad competitiva le han convertido en un futbolista respetado dentro del grupo y útil para Hansi Flick, que ha sabido encontrarle un rol que va más allá del extremo clásico.

El ‘Tiburón’ se gana el sitio con rendimiento, no con nombre
Apodado “el Tiburón” por su actitud voraz frente al gol, Ferran ha aprovechado cada oportunidad durante la pasada campaña. No fue titular indiscutible, pero sí supo rendir tanto partiendo desde el banquillo como sustituyendo a Lewandowski cuando el polaco estuvo ausente. La naturalidad con la que se adaptó al puesto de ‘9’ dejó huella en Flick, que valora su movilidad, su presión tras pérdida y su capacidad de asociación con los interiores.
Con Lewandowski a punto de cumplir 37 años, en el Barça ya se empieza a mirar hacia el futuro, y Ferran se ha postulado como un candidato serio para heredar responsabilidades ofensivas. Sus cifras no engañan y su evolución táctica lo avala. No es el mismo jugador irregular y discutido que llegó del Manchester City. Ahora es más maduro, más inteligente y más determinante.

Confianza interna y validación del vestuario
El respaldo que recibe de Raphinha no es un gesto aislado. Dentro del vestuario hay consenso en que Ferran ha dado un salto cualitativo. Más allá de su rendimiento estadístico, lo que más valoran sus compañeros es su entrega, su mentalidad y su capacidad de sacrificio por el equipo. En una plantilla cargada de jóvenes con talento pero todavía en formación, su perfil intermedio —con experiencia y aún margen de mejora— es visto como necesario.
Además, Ferran ha empezado esta pretemporada con la misma chispa con la que terminó el curso anterior. No solo ha estado acertado de cara a portería, sino que se le ve más fuerte físicamente y con confianza en cada acción ofensiva. Flick, que no regala elogios ni minutos, lo está utilizando como punta y también como extremo izquierdo, mostrando que lo considera una de sus piezas útiles en diferentes escenarios.
Ferran Torres ha dejado de ser un problema contractual para convertirse en una solución táctica. Y aunque el debate sobre el ‘9’ del futuro sigue abierto, el valenciano ya ha convencido a los que lo rodean de que puede ser mucho más que un revulsivo. Su momento ha llegado.