La semana clave del primer Clásico de LaLliga Santander llega y el Barça no está en el estado mental deseado. Las malas sensaciones de los últimos dos partidos de la competición de la regularidad han dejado al Barça tocado. Empates contra el Málaga y la Real Sociedad antes de afrontar el decisivo duelo contra el Real Madrid.

Más que un partido, será el momento decisivo de esta primera fase de la temporada. Con los dos equipos cumpliendo el trabajo a la competición europea, la Liga se convierte en una parte importante de la temporada, y más antes del pequeño descanso de final de año. Los blancos son líderes a cuatro puntos de los blaugrana y el resultado del Clásico podría catapultar los de Zinedine Zidane a siete puntos. Los de Luis Enrique necesitan ganar o al menos empatar para no dejar todavía más complicada una Liga que se ha puesto muy cuesta arriba.

Los factores perjudiciales
 

La Messidependència es un hecho. Sin el argentino el Barça no tiene recursos y su nivel baja en picado. Si en otras temporadas siempre ha habido un Neymar, un Luis Suárez o un Iniesta que cogía las riendas del equipo y solucionaba las fases más complicadas, esta temporada no es así.

Leo Messi es indiscutible y el mejor jugador del mundo, un futbolista que se nota cuando no es, pero hasta aquí todo es normal. Lo que empieza a preocupar es cuando el argentino es la única solución para un Barça que esta temporada tiene un gran fondo de armario. Los recambios no funcionan y los escuderos de Messi no aparecen.

El tridente es indudable al Barça, pero cuando la actitud del equipo falla, todo es todavía más complicado. La falta de ritmo, la presión alta, la confianza en las pasadas y la poca capacidad de reponerse de los golpes, ha hecho de este Barça un juguete fácilmente maleable.

Y en todo eso se añade el problema del medio del campo. Los blaugrana han perdido la esencia del juego, las transiciones han dejado de lado la intervención decisiva de los centrocampistas para poder crear el juego. El contragolpe es un principio del Barça del tridente, una herramienta indispensable para reconocer los éxitos de Luis Enrique, pero las nuevas formas del Barça han acabado dejando de lado lo que los ha hecho grandes.

El juego de los centrocampistas ha pasado a un segundo término y la filosofía clásica del Barça ha variado. Las transiciones se han comido el medio del campo. Todo tiene que ser compensado y el equilibrio tiene que estar presente. Las transiciones y los partidos se tienen que ganar por la presión, los contragolpes y gracias en medio del campo. El Barça tiene que seguir siendo el Barça.

Las bajas serán decisivas

Todavía no se sabe a ciencia cierta qué jugadores podrán disputar el clásico del próximo sábado y cuáles no. Gerard Piqué se ha resentido con un nuevo pisotón de la lesión que sufrió en el tobillo derecho. Iniesta está en proceso de recuperación de la lesión a la rodilla y llegará con poca competición. I Samuel Umtiti podría llegar después de recuperarse de una ruptura fibrilar al bíceps femoral, pero estará muy falto de entrenamientos.

Las soluciones no son fáciles y el equipo tendrá que hacer un esfuerzo extra este sábado para cambiar de chip. La mejor manera de recuperar las sensaciones serán con el primer partido de Copa del Rey en el campo del Hércules de este miércoles.