El desconcierto ha estallado alrededor de Gonzalo García, que no termina de comprender por qué Xabi Alonso sigue sin darle el protagonismo que siente haberse ganado. En partidos como el del Girona, donde el equipo fue incapaz de generar peligro real y terminó recurriendo a centros laterales, su ausencia volvió a ser un misterio difícil de justificar incluso dentro del propio vestuario.

Gonzalo, el delantero que el equipo necesita cuando todo se atasca

La realidad es que Gonzalo puede aportar exactamente lo que el equipo echa en falta en los encuentros bloqueados. Y es que su potencia en el juego aéreo y su instinto dentro del área lo convierten en el mejor rematador del equipo. De este modo, cuando el partido pide colgar balones y buscar segundas jugadas, él es la opción más fiable. Sin embargo, Xabi Alonso insiste en mantenerlo como alternativa secundaria. Rodrygo continúa ocupando el rol de tercer delantero, incluso en contextos donde su perfil no encaja, algo que dentro del vestuario no termina de entenderse y que alimenta la frustración del propio jugador.

Gonzalo García
Gonzalo García

De este modo, la incomprensión crece aún más cuando se recuerda lo ocurrido en el Mundial de Clubes. Gonzalo fue, sin discusión, uno de los futbolistas más determinantes del torneo, dejando claro que está preparado para competir en escenarios de máxima exigencia. Y es que su frialdad en el área, su capacidad para ganar duelos y su lectura ofensiva lo convirtieron en una pieza diferencial. Aun así, para Xabi Alonso sigue siendo un recurso tardío, una solución de emergencia que entra en escena cuando ya no queda margen.

El vestuario empieza a cuestionar la decisión de Xabi

El malestar no reside solo en el jugador. Dentro del vestuario se percibe un creciente desconcierto ante la decisión del entrenador. Varios futbolistas consideran que Gonzalo debería tener un papel más importante, especialmente en los partidos donde el equipo sufre para generar ocasiones claras. La falta de goles y la dependencia de acciones aisladas han generado debates internos que señalan una misma conclusión: no utilizar al mejor rematador del equipo es un lujo que el conjunto no puede permitirse. La realidad es que no hay explicaciones claras que calmen el ambiente. Gonzalo quiere jugar, siente que ha demostrado sobradamente su nivel y que su rendimiento exige oportunidades. El vestuario respalda su posición, y la afición empieza a preguntarse lo mismo.

Así pues, la situación se vuelve cada vez más difícil de sostener. Xabi Alonso deberá decidir si mantiene su postura o si, de una vez, apuesta por el delantero que mejor encaja en las necesidades del equipo.